Formalizó Ecuador propuesta para que Kirchner tenga cargo regional
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Lula da Silva,
«dueño» de
UNASUR, ayer
en la sesión de
la liga de
países
sudamericanos,
del brazo
con Cristina de
Kirchner y
Michelle
Bachelet.
Ahora le darán
empleo en ese
club a Néstor
Kirchner.
La idea de aceptar el cargo en UNASUR la ha conversado Kirchner con todo su entorno, que no deja de sorprenderse por la decisión, poco compatible con un hombre que nunca viajó fuera del país hasta que fue presidente. Esa desafección respecto de los pasaportes explicó el tono de autarquíaque le dio a su presidencia,un rumbo que su esposa promete quebrar con gestos de apertura que hasta ahora no van más allá de lo formal.
Ocupar algún rango importante en UNASUR le servirá a Kirchner además para intentar darle a la Argentina algún protagonismoen la región que no permite hoy la firmeza con la cual Lula da Silva busca afirmar el liderazgo del Brasil. En el último tramo de su presidencia, Lula ha reflotado la vieja idea brasileña de que puede ser el país vocero de la región, un rol que la Argentina siempre contradijo,por lo menos hasta el ciclo Duhalde-Kirchner, cuyas administraciones se resignaron a seguir el rumbo de Brasilia en sus relaciones con el mundo.
La declinación de Hugo Chávez frente a sus vecinos del barrio por su desgaste político y la caída del precio del petróleo habilita el avance de Lula, que entiende que UNASUR es el medio más útil para demostrar que la región puede discutir y resolver sus problemas sin ir, por ejemplo, a la OEA, que tiene sede en Washington y es manejada por un chileno tan importante como Jorge Insulza, que puede llegar a ser presidente de su país.
Duhalde se atribuye él solo haber creado UNASUR desde la oficina de Montevideo en la que representó al país en la Secretaría del Mercosur hasta que se peleó con Kirchner.
Cuando eso ocurrió, Lula hasta le habilitó a Duhalde una oficina en la cancillería del Brasil para que avanzase con el nuevo organismo. Quedarse ahora con una silla importante en UNASUR -que además tiene manejo de presupuesto- será también otra oportunidad para la larga venganza de Kirchner sobre su antecesor.
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