13 de julio 2006 - 00:00

Hoy, La Haya

El país amanecerá con la noticia del fallo de la Corte de La Haya en el juicio por las papeleras contaminantes de Fray Bentos. Se conocerá a las 5 AM y será el comienzo de otro debate. El tribunal citó a las dos partes -la Argentina y Uruguay- para escuchar una sentencia que se cree repartirá las cargas con pedidos de nuevos y más profundos estudios sobre el efecto del que podría ser el polo pastero más grande del mundo, si se llegan a construir a tan poca distancia una de la otra. El gobierno envió a la nueva secretaria ambiental a Gualeguaychú para explicar el fallo y prever que no resurjan cortes de pasos a Uruguay. En la nueva etapa, la Argentina librará la batalla para dejar a estos polémicos proyectos sin financiamiento bancario.

El puente que une la Argentina y Uruguay a la altura de Gualeguaychú-Fray Bentos, cortado hasta que se inició el debate ante la Corte Internacional de La Haya por la instalación de las papeleras contaminantes. Hoy se conocerá la sentencia ante el pedido de amparo con freno de las obras de construcción de las plantas.
El puente que une la Argentina y Uruguay a la altura de Gualeguaychú-Fray Bentos, cortado hasta que se inició el debate ante la Corte Internacional de La Haya por la instalación de las papeleras contaminantes. Hoy se conocerá la sentencia ante el pedido de amparo con freno de las obras de construcción de las plantas.
Será el de hoy un día clave para el debate entre la Argentina y Uruguay por el conflicto en torno a las papeleras de Fray Bentos. Tras un mes de reflexión y en medio de una polémica que no cesa, la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya se pronunciará en la madrugada argentina (las 10 de la mañana en los Países Bajos) sobre el recurso presentado contra Uruguay para que suspenda la construcción de las plantas que la española ENCE y la finlandesa Botnia construyen sobre las costas del río Uruguay, frente a Gualeguaychú.

Una vez que se conozca la determinación adoptada por los quince jueces, el gobierno nacional encarará su propia estrategia: buscará cortar la financiación internacional que gestionan las pasteras ante distintas entidades europeas y el propio Banco Mundial.

La jueza británica Rosalyn Higgins, que preside la CIJ, leerá el fallo sobre la petición de medidas cautelares ante los representantes de las dos delegaciones, que se instalaron ayer en La Haya.

La formalidad del tribunal, copia de los hábitos de la Justicia inglesa, incluye para hoy un fuerte cordón de seguridad en torno al Palacio de la Paz y que alcanza no sólo al público, sino también a los representantes del cuerpo diplomático.

  • Condiciones

    «Para evitar largas filas delante del palacio, se pide llegar ante las puertas no más allá de media hora antes del comienzo de la sesión», condicionaron los organizadores, que además recordaron las limitaciones para estacionar cerca del imponente edificio sede del alto tribunal, localizado en 2517 KJ de La Haya.

    Para que los jueces acepten una medida cautelar como la que exige la Argentina en los alegatos del pasado 8 y 9 de junio se debe demostrar que existe un daño irreversible e inminente, algo muy difícil de probar, en especial en el caso de dos papeleras que aún no han comenzado a funcionar.

    De todos modos, la Corte de La Haya podría optar por una posición intermedia:

  • Suspensión temporal de la obras que permita relanzar las negociaciones bilaterales o

  • Realización de un estudio de impacto ambiental acumulativo encargado a un panel neutro de expertos o

  • Instar a ambos gobiernos a buscar una salida acordada al conflicto. En este caso, la Argentina propondría una relocalización de las empresas.

  • Calendario

    Tras la lectura del fallo, la presidenta del tribunal se reunirá a puertas cerradas con ambas partes para acordar la continuación del proceso y establecer un calendario. El próximo paso es la ampliación de la documentación correspondiente al litigio que se sigue en esa Corte y que ahora deberá avanzar en la cuestión de fondo, que es la sistemática violación por parte del Estado uruguayo del Tratado del Río Uruguay que demanda el gobierno argentino. Esa nueva instancia, la de un fallo definitorio, podría conocerse recién en tres o cuatro años.

    Anoche, instaladas en La Haya, las delegaciones uruguaya y argentina se mantuvieron confiadas en sus posiciones, aunque también admitieron que el fallo de la Corte podría no adecuarse exactamente a sus pretensiones.

    «En materia jurídica, cuando hay litigios, ninguna parte tiene en general 100% de razón. La Corte, si vemos posiciones anteriores, siempre es favorable a negociaciones directas entre las partes», dijo el embajador de Uruguay en Holanda, Carlos Mora, quien mantuvo reuniones de trabajo con los representantes de su país en el caso, los embajadores en Francia, Héctor Gros Espiell, y en los Estados Unidos, Carlos Gianelli.

    Por la parte argentina están presentes en Holanda la consejera legal de la Cancillería, Susana Ruiz Cerutti, y el director del Instituto de Servicio Exterior, Horacio Basabe, además de los juristas Alain Pellet y Marcelo Kohen. El contacto diplomático en los Países Bajos es el embajador Santos Goñi Marenco, con quien los delegados mantuvieron hasta altas horas de la noche sucesivas reuniones para definir la estrategia diplomática que se desplegará hoy.

    «Estamos esperando serenamente, confiadamente. No podemos seguir dando más vueltas al asunto», dijo Ruiz Cerutti desde La Haya.

    Sin referirse al fallo en sí, Ruiz Cerutti habló de « síntomas» alentadores de parte del tribunal, como por ejemplo la decisión de convocar a ambas partes el mismo día de la lectura de la sentencia para acordar las próximas etapas del proceso.

    Si bien ambos gobiernos ya afirmaron que acatarán el fallo, la Argentina no descarta, en caso de una sentencia contraria a su posición, reforzar su estrategia tendiente a intentar cortar el financiamiento de las obras ante organismos internacionales como el Banco Mundial.

    Las dos papeleras extraerán durante 40 años 1.900 millones de metros cúbicos de agua dulce, equivalente al consumo de la ciudad de París durante siete años, y contaminarán 1.500 millones de metros cúbicos de agua.

    De su lado, Uruguay afirma que brindó información « abundante» sobre las fábricas y que la paralización de las obras será fatal para el desarrollo económico y humano del país.
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