Al gobierno ayer se le sacudió el hígado al enterarse que el ingeniero Juan Carlos Blumberg prometió organizar un acto en la Plaza de Mayo si prospera la iniciativa de modificar el Código Penal (lo anunció por «América TV»). Al menos, en la versión de un alto funcionario del Ministerio de Justicia, proyecto que para los menos críticos parece ideal para un país desarrollado y, para los más indignados, resulta la consagración para que haya más delito en la Argentina. Con pasmosa rapidez, el ministro Alberto Iribarne explicó al periodismo que esa propuesta de reforma no tiene el sello oficial, una forma de calmar a Blumberg.
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En esta última línea de objetores a la flexibilidad policial y judicial que se auspicia en esa reforma, naturalmente se inscribe Blumberg, quien ha comenzado a aparecer en los medios por un incremento de la inseguridad (robos, crímenes, secuestros express y otros de mayor duración), sobre todo en la provincia de Buenos Aires.
Y, por lo tanto, apunta no sólo a funcionarios como León Arslanian, sino también -en el orden nacional- contra el secretario de Estado, Alejandro Slokar, a cargo de Política Criminal del Ministerio de Justicia.
Como es habitual, voceros oficiosos del gobierno dejaron trascender que Blumberg impulsa su propia promoción política, casi ignorando una sucesión de episodios de los últimos días: sigue secuestrado, a pesar de haber pagado rescate, el empresario Luis Orsomarso, se sumó ayer el de Miguel Der Bedrosian, nadie olvida el reciente caso de un joven -bajo presunto control de una pulsera electrónicaque mató a un menor de un balazo, a confesiones públicas de jueces que admiten en sus jurisdicciones dos o tres secuestros express por mes, operatoria en crecimiento. Quien pretenda una información estadística más puntual puede escucharlo a Blumberg, más escalofriantes son sus relatos sobre las características de esos casos delictivos.
Más que atender este doloroso registro, puesto más en la superficie por el ingeniero que por los medios, la respuesta a Blumberg es cuestionarle que se haya entrevistado el viernes pasado con Roberto Lavagna (al parecer, sólo conversaron sobre la precaria seguridad en el país) o que atendiera alternativas de sectores macristas que desean promoverlo como candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires. Al parecer, la Administración sólo responde con nitidez cuando le advierten sobre la posibilidad de la realización de una marcha sobre Plaza de Mayo.
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