En medio de un contexto económico y político cada vez más volátil, los líderes de seguridad corporativa en Argentina enfrentan su escenario más desafiante de los últimos años. Según el World Security Report 2025, elaborado por Allied Universal y su filial internacional G4S, la inestabilidad económica se convirtió en la principal amenaza para la seguridad empresarial, mientras crecen las preocupaciones por la interrupción del suministro energético y el aumento de la violencia contra altos ejecutivos.
Líderes de seguridad en alerta: la incertidumbre económica y las presiones presupuestarias, los principales desafíos en Argentina
Un informe global revela que la inestabilidad económica, el aumento de la violencia contra ejecutivos y la falta de inversión en seguridad tecnológica preocupan al sector empresarial argentino.
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El estudio, que relevó a más de 2.300 responsables de seguridad en 31 países, incluyendo 58 de Argentina, muestra un cambio profundo en las prioridades del sector
El estudio, que relevó a más de 2.300 responsables de seguridad en 31 países, incluyendo 58 de Argentina, muestra un cambio profundo en las prioridades del sector: el 44% de los líderes locales anticipa que la inestabilidad económica impactará directamente en las operaciones de sus compañías, frente al 36% del año pasado. Además, el 40% teme interrupciones energéticas —el nivel más alto de América Latina— y un 33% menciona la inestabilidad política como un riesgo en alza, un salto abrupto frente al 7% de 2024.
Seguridad ejecutiva y valor corporativo: una nueva prioridad
El informe también destaca un fenómeno creciente: la violencia contra ejecutivos aumentó en un 34% en los últimos dos años, una tendencia que preocupa tanto a las compañías como a los inversores institucionales.
A nivel global, el 97% de los inversionistas considera esencial que las empresas protejan a sus altos directivos, y siete de cada diez sostienen que los líderes aportan el 30% o más del valor total de las compañías en las que invierten.
“El panorama de seguridad en constante evolución subraya que los desafíos económicos, las amenazas a la seguridad de los ejecutivos y las vulnerabilidades en infraestructura crítica siguen siendo prioridades clave para nuestros socios en Argentina”, explicó Gastón Enrique Lupi Vilardebo, gerente general de G4S Argentina.
Entre las medidas más frecuentes para mitigar riesgos personales, el 50% de las empresas ya monitorea amenazas en línea (como redes sociales o la dark web), el 47% reforzó sus procedimientos de seguridad y el 40% implementa evaluaciones de riesgo previas a eventos o viajes. Sin embargo, apenas el 17% asigna seguridad personal o cercana a sus líderes, y solo el 12% ofrece protección familiar.
La economía presiona los presupuestos de seguridad
Pese al incremento de amenazas, los presupuestos destinados a seguridad física no crecen al mismo ritmo. Solo el 60% de los responsables en Argentina espera un aumento de recursos para 2026 —la tasa más baja de América Latina— mientras que tres cuartas partes (76%) reconocen fuertes presiones para equilibrar inversión y reducción de costos.
“El contexto económico obliga a las empresas a hacer más con menos. En G4S trabajamos con nuestros clientes para usar la tecnología como un aliado en la gestión de riesgos, mejorando la eficiencia y garantizando continuidad operativa”, señaló Lupi.
De hecho, la adopción tecnológica se consolida como la principal prioridad presupuestaria: el 52% planea invertir en sistemas de control de acceso biométrico, el 43% en videovigilancia con analítica impulsada por inteligencia artificial y el 40% en detección de intrusiones o monitoreo perimetral avanzado.
Amenazas externas e internas en crecimiento
El estudio también evidencia un incremento simultáneo de amenazas externas e internas.
El robo de bienes físicos se duplicó como preocupación principal —citada por el 33% de los encuestados, frente al 16% de 2024—, seguido del sabotaje y el espionaje industrial. En el frente interno, el 41% advierte sobre la posibilidad de filtraciones de información sensible, un aumento de 15 puntos respecto al año anterior.
La desinformación aparece como un factor cada vez más determinante: el 59% de las empresas argentinas fue blanco de campañas de información falsa, y un 38% considera que estos ataques motivan a la mitad o más de los actores que amenazan a las organizaciones.
“El panorama de amenazas en América Latina es dinámico y cada vez más complejo. La combinación entre tecnología y capacitación del personal será clave para que las compañías puedan anticiparse y responder con eficacia”, sostuvo Eddy Esquivel, presidente regional de G4S para América Latina y el Caribe.
Pérdidas económicas y desafíos estructurales
El impacto financiero de los incidentes de seguridad es cada vez más tangible: el 31% de las empresas argentinas reportó pérdidas de ingresos derivadas de ataques o sabotajes, la cifra más alta de toda la región.
Entre las amenazas físicas más costosas, el sabotaje de competidores fue mencionado por el 75% de los encuestados, seguido por el fraude (70%).
Pese a ello, los líderes de seguridad locales enfrentan dificultades para justificar nuevos presupuestos ante sus directorios, lo que agrava la brecha entre la magnitud de las amenazas y la capacidad de respuesta corporativa.
Un nuevo paradigma: eficiencia, tecnología y resiliencia
El World Security Report 2025 deja claro que el rol de los departamentos de seguridad está evolucionando. Ya no se trata solo de prevenir incidentes, sino de construir resiliencia organizacional, anticipar riesgos geopolíticos y proteger el valor corporativo en todas sus dimensiones: personas, activos, datos y reputación.
En un país atravesado por la incertidumbre económica, la inestabilidad política y la presión presupuestaria, los líderes de seguridad en Argentina deben encontrar un delicado equilibrio entre la prudencia financiera y la inversión estratégica.
Como resume Lupi: “Proteger a las personas y a los activos nunca fue tan desafiante. La clave estará en combinar tecnología, análisis de datos y visión de negocio para garantizar la continuidad operativa y la confianza”.
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