21 de octubre 2025 - 18:00

Starlink: la conexión directa desde los celulares ya está en camino

Así lo anunció la presidenta de la compañía Space X después de la compra de la empresa EchoStar por 17 mil millones de dólares.

Conexión directa desde el celular: cuándo llega esta función a Starlink. 

Conexión directa desde el celular: cuándo llega esta función a Starlink. 

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Starlink, el servicio de internet satelital que ofrece la empresa Space X perteneciente al magnate Elon Musk, anuncio que próximamente integrarán una nueva modalidad de conexión en la que los teléfonos podrán conectarse directamente al internet de Starlink.

El comunicado fue hecho por Gwynne Shotwell, presidente de la compañía, después de haber firmado la compra con EchoStar por un monto de 17 mil millones de dólares. La llegada de esta función se estima para finales del 2026 y promete eliminar por completo las zonas sin conexión a internet.

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Cómo funciona la tecnología "Direct-to-Cell" de Starlink

La tecnología Direct-to-Cell de Starlink busca que cualquier teléfono pueda conectarse directamente a los satélites sin necesitar antenas, chips o herramientas especiales. Para lograrlo, Space X está desarrollando satélites de nueva generación capaces de comunicarse con los mismos protocolos LTE y 5G que usan las redes terrestres.

Estos satélites funcionan como “torres celulares en órbita”, transmitiendo y recibiendo señales directamente de los teléfonos. Cada satélite puede cubrir una zona amplia y redirigir el tráfico entre ellos mediante enlaces láser, lo que reduce la latencia y mantiene la conexión estable incluso en áreas remotas. Además, los chips desarrollados junto a fabricantes como Qualcomm o Samsung permitirán que los smartphones reconozcan automáticamente la red satelital cuando no haya servicio terrestre disponible.

La infraestructura actual de Starlink Gen2, está compuesta por miles de satélites y será la base de esta expansión. Estos satélites son más grandes y potentes que los de la primera generación, con antenas de hasta 25 metros cuadrados que ofrecen un ancho de banda 20 veces superior. Gracias a su interconexión por láser, la señal viaja entre satélites antes de descender a una estación terrestre, optimizando el flujo de datos y reduciendo el tiempo de respuesta.

El servicio se implementará por fases: primero mensajería y comunicación de emergencia, luego llamadas de voz y finalmente datos móviles de alta velocidad, con rendimiento similar a una red 5G. La meta es ofrecer cobertura global, especialmente en zonas rurales, montañosas o marítimas, donde instalar torres resulta costoso o inviable.

Más que reemplazar a las operadoras, Starlink busca complementarlas, ofreciendo conectividad satelital integrada en los planes móviles existentes. Así, las compañías podrán ampliar su alcance sin invertir en infraestructura terrestre, mientras los usuarios obtienen cobertura continua, incluso en lugares sin señal.

Desafíos de esta nueva tecnología

Pese a su potencial, esta tecnología enfrenta retos técnicos y regulatorios considerables. En primer lugar, lograr un buen funcionamiento requiere resolver problemas de potencia, frecuencia y latencia. Las antenas de los celulares son chicas y su señal débil, por lo que los satélites deben tener una sensibilidad y potencia mucho mayores para mantener la conexión sin agotar la batería del dispositivo.

A esto se suman los desafíos regulatorios: cada país tiene su propio marco legal para el uso del espectro radioeléctrico. Space X debe negociar licencias en cada jurisdicción para operar en la banda S y cumplir con las normas de radiocomunicaciones internacionales, lo que puede ralentizar la expansión del servicio.

En el plano económico, aún queda por definir la viabilidad comercial. El costo de desplegar satélites de segunda generación, junto con los precios de los planes satelitales, debe mantenerse competitivo frente a las redes móviles tradicionales. Si los precios son muy altos, la incorporación podría limitarse a usuarios corporativos o zonas rurales con pocas alternativas.

Por último, también preocupa la congestión orbital: con más de 8.000 satélites Starlink activos y miles más planificados, aumenta el riesgo de colisiones y basura espacial. Esto plantea un desafío tanto técnico como medioambiental que Space X tendrá que gestionarlo con sistemas automáticos de evasión y desorbitado controlado.

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