… que, a pesar de la semana ultracorta debido a los feriados y asuetos que afectaron a los mercados, el sector agropecuario se vio nuevamente sacudido, ahora por el Proyecto de Ley ómnibus enviado por el Ejecutivo al Congreso, que incide en cantidad de actividades vía impositiva, por desregulaciones y por privatizaciones que, de concretarse, cambiarán en forma significativa los resultados y posibilidades de cantidad de rubros de la agroindustria, lo que generó una rápida reacción de algunas entidades, como CRA que señaló su “enfático repudio” al “Proyecto Fofeso (Fondo Federal para el Desarrollo Nacional), que busca institucionalizar las retenciones a la soja -con una distribución tendenciosa claramente a favor de la gobernación de Buenos Aires-, es un retroceso inaceptable que perpetúa un impuesto distorsivo y perjudicial para el desarrollo productivo, económico y social del país”. La entidad ruralista también se pronunció en contra de la propuesta de aumento al inmobiliario rural bonaerense. “La idea de aumentar el impuesto inmobiliario en un 300% en la provincia de Buenos Aires plantea una carga fiscal insostenible para los productores, comprometiendo su capacidad de producción y generación de empleo”, dijo CRA. En igual sentido se pronunció Mesa Agropecuaria provincial al destacar “la creación de más impuestos que afectan a la producción”, en referencia a la propuesta que Axel Kicillof envió a la Legislatura bonaerense, lo que seguramente intentará ser “copiado” por otras provincias y que se agrega a los aumentos de tasas que están intentando distintos municipios. Simultáneamente, el CAA (Consejo Agropecuario Argentino), en un detallado análisis del impacto de la suba de las retenciones a los derivados oleaginosos de 31% a 33%, igualándolos con el poroto de soja, al tiempo que “comparte la necesidad de alcanzar el equilibrio fiscal”, indica que “particularmente el CAA reitera que este tipo de proyectos con subas de derechos de exportación son contradictorios con la generación de empleo, producción y exportaciones que ha expresado el gobierno”. Agrega: “(los precios de la soja) podrían bajar entre 9 y 11 u$s/ton, para poder compensar de esta forma, los mayores costos de exportación”.
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Un cierre de año a toda orquesta
Shock de leyes y de cambios. Todo entra en revisión. Avanzan los cultivos a pesar de tormentas y granizos.
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… que, los fuertes vientos y tormentas que se produjeron en varias regiones del país, con especial virulencia en el sur bonaerense, fueron destacados por la Bolsa de Cereales de Bahía Blanca, que destacó pérdidas de distinta magnitud en cultivos que fueron “revelados”, además del atraso que se registra en la cosecha de trigo por falta de “piso” para que operen las máquinas, y exceso de humedad en los granos. A su vez, la entidad, dio a conocer los datos finales de la cosecha de cebada cuya campaña finalizó con una producción de 2,07 millones de tn en la zona de influencia, un 11% menos que el ciclo anterior que había sido de 2,34 millones de tn, debido a la disminución de la superficie cosechada (-19%). Ahora se espera algún impasse en las precipitaciones que permita avanzar rápidamente en la cosecha triguera, aunque los granos gruesos están resultando beneficiados por las lluvias periódicas, y cada vez son menores las áreas que mantienen condiciones de sequía, aunque todavía hay varias en las zonas centrales productivas del país.
… que, mientras en los últimos minutos del 2023 se seguía evaluando el impacto de las nuevas propuestas oficiales, los olvidos por la urgencia, y el armado de estrategias para demostrar (una vez más) el impacto negativo de algunos de los instrumentos, la realidad es que las operaciones hasta hoy se siguieron haciendo con las únicas medidas que están vigentes hasta que el Congreso y/o el DNU marquen los contrario, y que en el caso de las retenciones son de 33% para el poroto de soja; 31% para harinas y aceites; 12% para los cereales (trigo, maíz, etc.) 9% para la leche, y 9% también para la carne. Y en este sector, donde se registraron algunas bajas en los precios de la hacienda en los últimos días, pero donde se espera una recuperación a partir de la segunda quincena de agosto, los debates fueron febriles, entre otras cosas, porque además de la suba de impuestos a la exportación, los frigoríficos se quejaban por la eventual suspensión de inspectores de Senasa que tenían asignados en sus plantas. Esto, la vigencia o no de la Ley Federal de Carnes que desde hace varias décadas define cuestiones, obligaciones e incumbencias (pero que ni se aplica ni se controla) y otra serie de cambios, obligaría a los industriales a reformular los esquemas de trabajo.
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