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Entre la novela romántica y las fantasías distópicas
• DIÁLOGO CON ANABELLA FRANCO, QUE EN CINCO AÑOS PUBLICÓ UNA DOCENA DE NOVELAS QUE SON UN BOOM
Las redes, los blogs y los booktubers no dejan de citarla. La autora habla aquí de las claves que la llevan de un género a otro, muy distintos entre sí.
P.: En esa saga empezó contando final de una guerra para después ir a cómo comenzó.
A.F.: El mundo de la saga "Rebelión" ocurre después de la guerra mundial, y luego voy a los comienzos de ese apocalipsis global. Si bien se pueden leer las sagas en forma independiente, quien lee el conjunto encuentra conexiones y personajes. Todo en mí comenzó en 2006 cuando leí una nota sobre criopreservación, que me llevó a investigar el asunto, y ése fue uno de los temas de las novelas. No me planteé una utopía negativa sino que partí de la ciencia ficción clásica, con "Bios", que quedó guardada, y luego apareció como una precuela que parte de una mujer joven, Annie Lane, especialista en arte, que despierta sin memoria en un barrio desconocido de Estados Unidos. Está amnésica pero tiene flashes de recuerdos, como el de la muerte de su novio, Robert. Es capturada e internada en un psiquiátrico para "curarle" la memoria. Así descubre el Proyecto Bios y la conspiración que desatará la guerra mundial. Ese planteo me dio la inspiración de la "Saga Rebelión", con la que entre en la ciencia ficción. Historia que tiene mucho lectores y ya ha sido publicada en diez países de Latinoamérica.
P.: ¿Qué la lleva a pasar de la novela romántica a la épica juvenil?
A.F.: Debe ser porque como lectora me gusta de todo, saltar por historias diferentes. Y como escritora, si bien quizá haya una historia de amor a veces involucrada en el relato, me estimula enfrentar escenarios variados. Creo que si hiciera siempre lo mismo me aburriría.
P.: En la Argentina la fundadora de la ciencia ficción es Angélica Gorodicher, y el Héctor Oesterheld de "El Eternauta". ¿Cuáles son sus modelos en el género?
A.F.: Las lecturas nos van marcando, se van sumando Asimov, Wells, Orwell, Huxley, Bradbury, los clásicos. Junto a eso están las teorías científicas, las notas de divulgación sobre los clones, ingeniería biológica, los ciborgs, las conspiraciones, con esas cosas a la vuelta de la esquina no se necesita echar mano a los extraterrestres. ¿No es suficiente con ese poshumanismo que plantea usar piezas robóticas en el ser humano para hacer que supere las limitaciones de enfermedades y el paso del tiempo? Si bien investigo, en la ficción, más si está dedicada a jóvenes adultos, uno no pone el saber científico tal como lo encontró en las investigaciones que hizo. Se van volcando las teorías de las que se ha nutrido sin que se note, sin que sean un obstáculo para el lector. Una buena ficción debe lograr que el lector no se aburra en ningún momento. Además yo no soy científica sino profesora en Letras y Ciencia de la Comunicación.
P.: Elige como protagonista una chica y un muchacho que en medio de una tragedia global tienen que superar dificultades constantes.
A.F.: En "Rebelión", donde en 2056 se enfrentan clones, criopreservados, resucitados, con humanos originales, son Lenah y Nohier, y en "Tercera Guerra Mundial" Kate y Mike, son personajes que van a saber del conflicto, de la destrucción nuclear entre potencias y la huida hacia el sur que ocurre en 2023 - 24. Evolucionan en todo sentido, y están rodeados de personajes que tienen sus historias y se relacionan con ellos.
P.: ¿Cuándo empezó a escribir?
A.F.: A los ocho años, haciendo una revistita donde puse un cuento y descubrí que podía hacer ficción. A los trece años leí por placer "Corazón de fuego", una novela romántica de Linda Howard, que en realidad se llama Linda Howington, y quise hacer algo igual de entretenido. Ahí empecé a escribir novelas, no publicables, pero que fueron mi aprendizaje.
P.: ¿Y ahora en que está?
A.F.: En una novela romántica que sale este año, y de la que no me dejan contar nada, pero que tiene una protagonista femenina muy fuerte. Mis novelas románticas salieron en Vergara, y las de ciencia ficción por Blok, sellos de Ediciones B, que ahora forman parte de Penguin Random. A veces sueño que un productor de cine se interese en "Por si el tiempo olvida tu nombre", una historia de amor y policial en 1952, entre Quilmes y Berazategui, que tiene de fondo la muerte de Eva Perón.
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