23 de mayo 2018 - 22:22

Temer lanzó a Meirelles y puso en marcha la máquina de fabricar presidentes en Brasil

• ES EL PREFERIDO DEL MERCADO FINANCIERO
El exministro de Hacienda mide muy mal en las encuestas, pero busca que el poder económico “lo produzca”. Además, la jugada es a tres bandas: ¿hacia una unión de los partidos liberales?

hágase cargo. Michel Temer designó ayer como su delfín a su exministro de Hacienda, Henrique Meirelles. Este es el favorito del mercado, pero en su gestión no logró sacar la economía brasileña de la crisis.
hágase cargo. Michel Temer designó ayer como su delfín a su exministro de Hacienda, Henrique Meirelles. Este es el favorito del mercado, pero en su gestión no logró sacar la economía brasileña de la crisis.
Llegó la hora de sincerarse: Michel Temer es un hombre con méritos. Llegó al poder sin votos, después de un paciente esmerilamiento de Dilma Rousseff. Luego, se sostuvo contra todos los pronósticos, blindándose en el Congreso ante las embestidas de fiscales y jueces que pretendieron husmear en sus manejos al punto de meter a un empresario con micrófonos en su residencia. Ayer capturó los titulares de los medios de comunicación de Brasil al renunciar a una candidatura a la reelección absolutamente inviable y al consagrar como su heredero en las elecciones de octubre a un hombre que registra una intención de voto del 1%. ¿Qué es lo que pretende?

El mandatario asistió a una reunión de su partido, el Movimiento Democrático Brasileño (MDB), donde se refirió a su exministro de Hacienda, Henrique Meirelles. "Te convocamos para que seas presidente de Brasil", le dijo en la fundación Ulysses Guimarães de Brasilia.

Lo curioso es que este expresidente mundial de BankBoston, de 72 años y carisma "delarruista", tiene un 1% de intención de voto en diferentes encuestas.

El hombre, favorito de un mercado que saludó frenéticamente, en los albores de la era de Luiz Inácio Lula da Silva, su llegada al Banco Central, también habló ayer. "Necesitamos otros cuatro años para construir un nuevo Brasil (...) El país se cansó de las políticas populistas", dijo.

"Muchos nunca escucharon mi nombre", reconoció, algo que, según cree ese optimista del voto, hace que su postulación no tenga techo.

Además de esa insignificante intención de voto, el problema de Meirelles y el de su demiurgo es el rechazo de más del 70% a las políticas del Gobierno saliente. Los dos fueron artífices de un ajuste impiadoso, que incluyó el congelamiento del gasto público en términos reales por diez años y una reforma laboral realmente extrema. La reforma previsional, afirman, es su gran cuenta pendiente, pero no es fácil hacer campaña con semejante promesa. La base no está.

La dupla se vanagloria de haber sacado al país de la recesión, que valió una caída acumulada del Producto del 7% entre 2015 y 2016. Pero el rebote famélico del 1% del año pasado dará lugar en el actual a la continuidad de una de las recuperaciones económicas más lentas de la historia brasileña: el pronóstico de un 3,5% esperado allá por enero ya se recortó a apenas el 2% en medio de una volatilidad cambiaria internacional no afecta sólo al peso. En el medio, la reforma laboral mencionada puso en marcha el proceso de precarización del empleo y la desocupación directa saltó al 13,1%.

"Creo que esta es una apuesta (de Temer). Si Meirelles logra cerrar un acuerdo con el sector productivo, con la industria en particular y con los bancos, esa gente tratará de hacer su parte para que sea su postulación sea viable", le dijo a Ámbito Financiero desde Brasilia Marcelo Rech, analista político y director del instituto InfoRel.

De hecho, no sería la primera vez que tal alianza, que deberá sumar más temprano que tarde una poderosa pata mediática, supo fabricar un presidente.

"El juego todavía no empezó y hay condiciones para que Meirelles se haga viable. Es un hombre que le inspira confianza al mercado y que puede resultar atractivo por lo que significa para la estabilidad de la economía", añadió Rech.

Pero, como decía el ilusionista, "puede fallar". Es más, cabe que el nombre del exbanquero se evapore allá por julio, cuando el MDB realice su convención nacional.

Otro analista, además profesor de la Universidad Católica de Brasilia, Creomar de Souza, le dijo a este diario que "el gran desafío para Temer y Meirelles es lograr la unificación de todo el MDB alrededor de un candidato único. Esa es la condición para la construcción de una candidatura competitiva. Pero el proyecto va a requerir alianzas internas, porque ese partido es una gran federación en la que cada uno de los líderes regionales desarrolla una estrategia de supervivencia en su propio territorio".

El problema del llamado "centro" -compuesto por ese gigante invertebrado que es el MDB, por el conservador Demócratas y por el Partido de la Social Democracia Brasileña- es que tiene demasiados precandidatos enanos. A Meirelles, DEM suma al presidente de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia, y el PSDB, al gobernador de San Pablo, Geraldo Alckmin.

¿Cuál es entonces el juego de un Temer que, si bien no es celebrado por el modo en que gobernó, sí debe ser reconocido como un sobreviviente y como un estratega tan sagaz como carente de escrúpulos?

El Presidente busca ponerle presión a Alckmin, que orilla el 7% en las encuestas, pero que desde hace meses no se mueve de allí. Una alianza entre las tres siglas "es lo que quiere Temer y también mucha gente en el PSDB. Pero ni Meirelles ni Alckmin aceptan ir de vice", explicó Rech.

"Veo una posible alianza entre DEM y el PSDB, pero todavía no una inclusión del MDB", señaló por su parte Creomar de Souza.

Acaso las ambiciones personales terminen depuestas a medida que se acerque una elección para el infarto, con un favorito descollante como Lula da Silva preso y con un segundo que mete miedo, como el ultraderechista Jair Bolsonaro.

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