Capacitación y tecnología: las claves del futuro del trabajo

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El 2023 en parte se vio condicionado por un contexto macroeconómico complejo, con índices de inflación que continúan siendo un desafío significativo en nuestra economía, afectando tanto a empleadores como a empleados, reduciendo el poder adquisitivo, influyendo en la dinámica del mercado laboral y obstaculizando la inversión.

Según nuestra Encuesta de Expectativas de Empleo, que anticipa las intenciones de contratación de las empresas para el próximo trimestre, los resultados se han mantenido “amesetados” durante todo el año, pero en niveles bajos, sobre todo si los comparamos con el resto de los países donde la Argentina por segundo trimestre consecutivo ocupa el último lugar en términos de expectativas de empleo, quedando además muy lejos del resto de los países de la región, que tienen expectativas superiores al promedio del 30% global. Y en contextos como el descripto los más perjudicados son aquellos que están fuera del sistema de trabajo formal y los empleados de menores recursos, situación que se complejiza aún más si consideramos que el avance de la tecnología está aumentando a pasos agigantados y la brecha entre aquellos que tienen las habilidades para mantenerse en el mercado laboral de los que carecerán de esas competencias se acrecienta cada vez más.

Obstáculos

Este cambio acelerado está generando un obstáculo mayor: el desacople entre la oferta y la demanda laboral. Por un lado, nos encontramos con personas que buscan trabajo y no lo encuentran; por otro, el 78% de las empresas no consiguen el talento con las habilidades que requieren.

En este sentido, el desafío de las organizaciones será aprovechar las nuevas tecnologías, así como también crear entornos laborales de formación y desarrollo continuos, fomentando el sentido de pertenencia y compromiso, especialmente en la nueva era del trabajo que estamos viviendo.

En resumen, el año 2023 ha subrayado la imperiosa necesidad de ajustarnos a las transformaciones, destacando la importancia de enfocarnos en el desarrollo de habilidades y en la eficaz implementación de la tecnología en un ámbito laboral que evoluciona constantemente. Todo esto sin desatender las necesidades de las personas vinculadas a poder balancear su vida personal con la laboral.

Por lo tanto, más que simplemente un desafío, esta metamorfosis se presenta como una oportunidad para potenciar el futuro del trabajo.