Un balance del 2022 no puede menos que aludir a la necesidad de la toma de conciencia colectiva sobre la fragilidad del sistema, en cualquiera de sus dimensiones: ecológica, tecnológica, económica, política y social. Pero también sobre la ansiedad con que muchos (me incluyo) estamos viviendo en este escenario post pandémico incomprensible y no lineal: el viejo esquema causal con el que crecimos ya no es suficiente cuando las variables se disparan exponencialmente y empiezan a comportarse de manera aparentemente aleatoria. A esto se le llama “contexto BANI” (brittle, anxious, non lineal, incomprehensible).
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- Anuario 2023
Necesitamos liderazgos responsables
A nivel macro, este es el mundo que nos ha tocado y me duele decir que seguimos sin encontrar visiones nuevas, puntos de vista de líderes disruptivos que se hagan cargo de sus propias acciones y sus propios límites humanos, que estén a la altura técnica pero sobre todo humana, de semejantes desafíos. Hoy más que nunca, necesitamos liderazgos responsables.
Líderes con una mente abierta y adaptativa que abracen la incertidumbre y transformen los desafíos en oportunidades. Que rindan cuentas, que preparen sucesores. Que sean conscientes del impacto de sus acciones y actúen con transparencia, pero además contagien esos valores en sus entornos. Y lo más importante, para obtener soluciones creativas e innovadoras, necesitamos líderes que aprecien la diversidad. Porque tener equipos diversos donde se mezclan miradas, experiencias, conocimientos y necesidades nos permite pensar más allá, ampliar nuestros horizontes tomando mejores decisiones que contemplen a todos los grupos de interés. Si todas las personas que ocupan hoy roles de liderazgo adoptaran estas características sin duda tendríamos una sociedad más responsable en el corto plazo.
Fundación FLOR, organización que presido, cumplió diez años de labor ininterrumpida promoviendo la diversidad y la transparencia en la toma de decisiones. En ese marco, lanzamos “Board Experience”, un programa que busca generar un puente entre organizaciones y mujeres líderes, con el objetivo de desafiar las estadísticas e incrementar la participación femenina en los directorios. Orgullosamente, el primer caso de éxito se está desarrollando en mi empresa agropecuaria, donde gracias a la incorporación de 2 directoras nos mejoramos constantemente. Afortunadamente ya son 10 organizaciones que forman parte de esta innovadora y desafiante iniciativa.
En Resiliencia SGR continuamos trabajando por la inclusión financiera real, acompañando, apoyando y asesorando a PyMEs y emprendedores para que puedan soñar más grande, incluirse financieramente, para que hagan el ejercicio de endeudarse y logren profesionalizarse. La inflación y la falta de horizontes claros nos ha puesto grandes desafíos, pero seguimos apostando firmemente a fortalecer al sector que motoriza el crecimiento del país.
Desde la empresa agropecuaria, hemos seguido aportando desde donde sabemos: sembrando, cosechando y tratando de pensar fuera de la caja, buscando sembrar nuevos productos. Mejoramos el cuidado de los campos, plantamos árboles, reciclamos bolsones. Y ojalá pronto logremos exportar carne junto a algunas amigas, lo cual ingresaría más dólares al país. Buscamos ideas y nuevas soluciones para agregar resultados económicos pero también buscando cuidar el ambiente, cuidando a las personas que trabajan en el campo y siempre con buenas prácticas de gobierno.
Desde lo personal, soy una persona naturalmente positiva y optimista. Luego de casi 3 años de pandemia, observo que las naciones, las organizaciones y las personas que mejor sortearon los desafíos de la coyuntura fueron aquellas que se animaron a innovar, que trabajaron en red y que lideraron responsablemente, con empatía. Estamos a tiempo de cambiar el rumbo, y para ello quiero seguir trabajando los próximos años.
Presidenta en Fundacion Liderazgos y Organizaciones Responsables -FLOR-
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