24 de enero 2003 - 00:00

Buena evolución de soja y maíz

Buena evolución de soja y maíz




































El cuadro adjunto muestra la proyección de resultados para la zona norte de Buenos Aires y sur de Santa Fe, sobre la base de los precios proyectados a cosecha. Se presentan las cifras para los cultivos realizados por administración en campo propio, y bajo la forma de porcentaje o arrendamiento en campos de terceros.

El clima ha venido acompañando, con un aporte adecuado de lluvias, las necesidades de agua de los cultivos de cosecha gruesa.

El cultivo de maíz logró un buen desarrollo de planta, y el aporte de humedad durante la etapa crítica de floración resultó adecuado; es por esto que en general las espigas de maíz lograron una muy buena granazón. El llenado de granos se está completando en forma normal. En el sur de Santa Fe han comenzado las tareas de picado de maíz para la confección de silo.

El cultivo de soja de primera también manifiesta en su desarrollo y evolución el adecuado aporte de humedad que ha tenido a lo largo del ciclo.

La gruesa pinta bien, pero falta aún un largo trecho hasta la cosecha, con perspectivas de un otoño húmedo que puede llegar a complicar las tareas de cosecha.

Con respecto a los costos, la baja que viene evidenciando el dólar en los últimos días pone en evidencia el aumento del peso relativo de los costos que no cotizan en dólares, como labores y fletes. Como ejemplo, el rubro labranzas y pulverizaciones que figura en el cuadro, para maíz y soja de primera, aumentó 6 u$s/ha de un mes a esta fecha. Es importante también la incidencia en los fletes agrícolas, que al cotizar en pesos se han encarecido en 6,27 u$s/ha (1,05%) para un rinde de 80 qq/ha de maíz, o 2,5 u$s/ha (0,53%) para un rinde de 32 qq/ha de soja. Lo mismo sucede con los gastos de estructura, que cotizan en pesos.

Más allá de la cotización del dólar, es sumamente importante controlar los costos, a fin de mantener en lo posible la competitividad, puesto que los precios de los granos pueden llegar a caer en el mediano plazo si se verifican cosechas normales en los países agrícolas.

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