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Medidas que no encuentran el efecto deseado en carne
La imposición de retenciones no tendría el efecto deseado. Por si hay alguna duda, vayamos a los lácteos, donde bajó el precio que recibe el productor y subió el de góndola.
El porcentaje de destete a nivel nacional es de 62%. Eso es lo que hay que atacar y obrar en consecuencia. No puedo engordar lo que no tengo. A su vez, no me pueden obligar a vender determinado producto sí, determinado producto no.
Los funcionarios que fuerzan retenciones, ¿sabrán de la escasez hídrica que soporta el norte del país, donde se están muriendo las vacas de sed? ¿Qué proyectos de acueductos u obras de infraestructura hemos visto para amortiguar esto? ¿Saben que la inseguridad ya no se puede seguir soportando, y que la gente sin salud y con educación deficiente y mal paga no puede vivir?
Abrir nuevos mercados no significa viajar a Venezuela y desconocer el potencial del NAFTA.
Acá no debe haber lugar para falsas ideologías, por ello desterramos que nos quieran poner como los malos de la película cuando en realidad somos las víctimas permanentes.
Jamás propiciamos la antinomia campo-ciudad. Pero ya se torna insostenible la agresión a la que nos someten a diario, informando mal y demagógicamente. Nunca olvidemos que nosotros, productores, somos el primer eslabón de la cadena formando el músculo, que una vez faenado se convierte en carne vacuna. Concepto elemental, pero no siempre bien comprendido. De ahí las omisiones inconcebibles.
Lo dijimos una infinidad de veces y reiteramos ahora: el sector de ganados y carnes es potenciador, dador de empleo y un verdadero colonizador y fuente indispensable para el desarrollo del país. No entenderesto es condenarnos no sólo a nosotros al fracaso, sino al país todo.
Vaya una reflexión ante la baja de retenciones al cuero, que es un parche importante, pero parche al fin. Un país que se precie de competitivo y eficiente no debe tener retenciones de ningún tipo y esto debería ser regulado por ley.
Al ser la Argentina un país con potencial agropecuario y requerido por el gobierno para apagar incendios, es hora definitiva de que el campo tenga su ministerio y esté sentado no por invitación en carácter de, sino por derecho propio de un país que puede y debe ser mejor.
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