6 de octubre 2001 - 00:00

Mercado de granos sigue expectante ante posible guerra

La cosecha de granos gruesos de EEUU será otro de los factores a determinar
La cosecha de granos gruesos de EEUU será otro de los factores a determinar
Es necesario que transcurra algún tiempo hasta que el mercado de granos termine de asimilar el duro golpe del 11 de setiembre. En un mundo interrelacionado como el actual, este atentado ha afectado no solamente a los EE.UU. sino también al resto del mundo. Mientras muchos intentan describir similitudes acaecidas en otros años, lo cierto es que un episodio de estas características no cuenta con precedentes de ninguna índole. No se puede hablar apropiadamente de las consecuencias concretas que este evento traerá aparejado al comercio granario mundial. No puede afirmarse que, en situaciones como éstas, los commodities sean un refugio seguro. Si observamos la proyección de precios de las distintas materias primas descubrimos que casi todas experimentaron una tendencia negativa desde el momento del atentado y otras que habían desarrollado una mejora sustancial (petróleo, futuros de energía, metales preciosos), retrocedieron pocos días luego del evento. En síntesis, el clima recesivo del mundo y estos nuevos acontecimientos no serán buenos aliados de los precios de los granos, aunque cabe consignar que esto no significará necesariamente precios deprimidos, sino más bien algún reacomodamiento de la demanda y la postergación de observar en el corto plazo, de un boom en los precios por efecto de crecimientos sostenidos en las economías centrales y en desarrollo.

Es posible que los precios se ubiquen a la defensiva hasta que las condiciones mundiales vayan cambiando. Existirán sin duda factores que extremarán la volatilidad de estos mercados, ante acontecimientos nuevos, previstos e imprevistos. Esta es una situación compleja, y que ha sido capaz de alterar también actividades tan simples como la agricultura.

Se observan hoy algunos efectos de los acontecimientos del 11/9:

El impacto de una recesión mundial, que ya se había instalado tímidamente, pero que los acontecimientos recientes exacerbaron. La Fed rebajó las tasa de interés en dos oportunidades luego de los atentados y en nueve en lo que va del año, pero los costos de transporte y seguridad se incrementaron considerablemente.
Las empresas comienzan a ver disminuidas sus utilidades y se organizan despidos, lo que podría provocar un incremento en la tasa de desocupación, con un impacto directo en el consumo americano. En economías centrales, como la de los EE.UU., lo primero que se destaca en el sector de la alimentación, ante una situación recesiva como la actual, es el consumo de alimentos fuera del hogar. Aún con un bajo índice de recesión, es posible que un sector afectado por la crisis sea el de carnes de alta calidad, lo que determinará por un lado menor cantidad de animales bajo engorde y por el otro menor consumo de granos forrajeros. Los datos sobre la confianza del consumidor, realizados por la Universidad de Michigan, confirman el peor nivel observado en este indicador desde 1990.

Mientras el sector vinculado a la defensa podría verse beneficiado por un mayor gasto en este renglón, es altamente improbable que el gobierno de los EE.UU. se ocupe directamente del sector agropecuario durante esta crisis. Esto podría generar incertidumbre y dudas acerca de lo que será la próxima siembra y producción de los EE.UU. durante la temporada 2001/'02. Privilegiar gastos de defensa podría significar la suspensión temporaria de ayuda agrícola por el lado de precios mínimos o programas especiales de gobierno. El costado positivo de la prioridad bélica con la que hoy cuentan los EE.UU. privilegiará las exportaciones en concepto de donación para ayuda humanitaria. Ya veíamos durante esta semana en los noticieros las bolsas de granos blancas con la inscripción «USA» que llegaban a los estados de la Alianza del Norte, con alimento provenientes de programas de gobierno, ayuda que casi nadie descarta, se irá incrementando con el correr del tiempo.

Los costos en el transporte encarecerán el comercio, además de hacer crecer las primas de riesgo por accidentes en las zonas de hipotético conflicto, particularmente si se desenlaza alguna acción en el Medio Oriente, con un impacto adverso en las exportaciones a aquella región, particularmente para el mercado de aceites, toda vez que varios países de esta región (Pakistán, Irán y Egipto), son fuertes importadores de este producto.


Cosecha

El USDA informaba que la actividad de recolección avanzaba a un muy buen ritmo. Al día lunes, ya se había recolectado 20% del área correspondiente a maíz, contra 13% de la semana anterior y 22% del promedio habitual a esta altura del año. En soja ya se llevaba cosechado 16% del área total, contra 6% de la semana previa y 23% del promedio. El informe también consignaba que se había implantado 52% del área correspondiente a trigo de invierno, contra 32% de la semana anterior y 40% del promedio habitual; el 24% de estos cultivos recién implantados ya habían emergido. La soja «buena a excelente» pasa de 53% de la semana anterior a 55% en ésta, en tanto el maíz en esta situación alcanzaba 57% contra 56%. Se registraron algunas demoras en la recolección durante esta semana y subsisten algunas amenazas de heladas para algunas regiones del medio oeste de los EE.UU.

Michigan está potencialmente expuesto a algunas pérdidas por heladas pues solamente 64% de los cultivos de este estado ha perdido las hojas; también Wisconsin es vulnerable a las heladas aunque el caudal productivo de este estado no sea importante.

Esta semana, el USDA volverá a revelar las cifras de producción de la cosecha norteamericana y mundial. En general, el consenso de los operadores indica pocos cambios con respecto al mes anterior, con una tendencia a achicar ligeramente las cifras de producción en los EE.UU. que el USDA reveló durante setiembre.


El trigo vuelve a ser lo mejor de la semana en Chicago y en el MAT, un poco de la mano que un dólar más flojo podría encauzar mayor demanda, además de la buena actividad de negocios con trigo blando durante este período. Dos semanas atrás, los futuros de Chicago registraban nuevos mínimos del contrato, arrastrados en la tendencia de las plazas de maíz y soja, situación que finalmente logró eludir en estos días. En nuestro país la actividad de venta al exterior no es tan activa como en otros años a esta altura pero el clima húmedo sostuvo los precios de la cosecha nueva.

Dejá tu comentario