28 de febrero 2008 - 00:00

Oponer producción a industria es absurdo

Los que todavía seguimos en la ganadería vemos con gran preocupación lo que acontece cada día con el sinnúmero de medidas que sufrimos por la distorsión de la realidad. Al no tener mercados, o lo que es peor tenerlos con precios sugeridos ( apretados) y alejados de la verdad, no hacen más que complicar la comercialización y fomentar el éxodo de esta noble y no comprendida actividad.

La fijación de precios máximos ya se vio y comprobó, no trajo el efecto esperado. Insistir en ello resultaría un despropósito. Enfrentar a producción e industria sería la solución más absurda para solucionar el mercado de carnes y ganados.

Es imprescindible aceitar y conocer la cadena. No puede haber eslabones débiles, de persistir esto, llevará al achicamiento y empobrecimiento del sector. Lo dijimos en reiteradas oportunidades y lo reiteramos ahora nuevamente. Nosotros, los productores somos los formadores del músculo, pero una vez faenado se convierte en carne vacuna, de allí la necesidad de ir juntos. No enfrentados.

No hay posibilidad alguna de subsistencia para el productor ganadero si no tiene a alguien a quien venderle y procese lo que hace con tanto recelo. Pero tampoco tiene ninguna chance, la industria frigorífica trabajando a media máquina o lo que es peor a este paso sin materia prima.

Hasta el más neófito se dará cuenta que así el fin está muy cerca. Como sentimos y vivimos la producción queremos evitar este colapso. Que de ser así sufriremos todos. Acá no puede haber distraídos.

Es hora de dar señales serias y concretas. Las amenazasy/o chicanas no son el camino. El productor sólo pide que se esté a su altura. El no especula: trabaja y produce. Sólo pide ser correspondido y comprendido. No subsidiado. Ese no es el camino, aparte no olvidemos que ese recurso proviene de unas retenciones abusivas que no compartimos.

Los subsidios no son estimulantes, diríamos que son desalentadores e injustos, puesto que parcializan la actividad ganadera. Pensar que la Argentina era uno de los pocos países del mundo que podía ostentar el rótulo de semáforo alimentario a pleno. Que no es otro que nuestras vacas en un sistema verde podrían ir a los países amarillos y/o a todos los confines de la tierra.

Aunque parezca mentira se cuotifican y dificultan las exportaciones, ROE (Registro de Operaciones de Exportación) mediante. Los precios en el mercado internacional están firmes. La Cuota Hilton con unos u$s 17.000 la tonelada algo inédito, y hasta la manufactura tiene precios interesantes.

  • Nuevo récord

    En 2008,las ventas mundiales batirán el récord de 8 millones de toneladas. Quedarnos en el camino o cuotificar el crecimiento nos resulta un despropósito. De persistir en esto con medidas como restricción en exportaciones y fijación de precios máximos, la liquidación ganadera seguirá.

    Hoy, la faena de hembras ya supera 50 %. Léase bien: la mitad de la fábrica de terneros se está cerrando. Lamentablemente toda una vida lleva hacer y sostener la ganadería, se sale en un instante y lo que es peor no se vuelve.

    Ante esta realidad habría que cambiar el modelo y fomentar el sano estímulo que genera el precio con libertad de mercados.

    Se dice que se quiere evitar el monocultivo de soja, pero se obra fomentándolo en forma vertiginosa. El trigo y el maíz tienen cierres y restricciones de mercados que ya no soportan ningún análisis. Los fertilizantes e insumos como el glifosato subieron más de 120%.

    Con nuestras vacas tenemos cada vez menos respuesta de nuestra descendencia a continuar en esta actividad a causa de todos los atropellos que sufrimos a diario y que no están dispuestos a sufrirlos. Tampoco vemos de continuar esta política, una rotación lógica con praderas que haga sostenible y sustentable el sistema.
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