29 de agosto 2001 - 00:00

Trazabilidad como garantía de calidad

Trazabilidad como garantía de calidad
No es ninguna novedad que todos los mercados externos están cerrados para la carne argentina. Esta situación no significa que no podamos volver a exportar, pero es mucho más difícil recuperar o volver a un mercado, que acceder a él por primera vez.

Sin querer entrar en el campo de los epidemiólogos, estamos convencidos de que en la reciente y desgraciada reaparición de la aftosa no sólo incidieron los virus A, con sus mutaciones A24, A2000 y A2001, el O y el C.

Los que más daño causaron fueron los ST (Silencio Tramposo). Ese engaño u omisión de la realidad causó el cierre de los mercados que siempre nos habían comprado hasta en peores situaciones sanitarias, pero lo que no soportaron fue que se negara la evidencia.

Como dijimos anteriormente no hay mal que dure toda la vida, si bien con la aftosa, superamos largamente los cien años.

Para volver a los mercados perdidos, deberemos cumplir exigencias como una correcta identificación de nuestros animales que, aunque antes dichas reglas eran conocidas, no se llevaban a la práctica.


Si anteriormente hubiésemos descripto el predio, el animal y sus movimientos, la incidencia de la aftosa se hubiese atenuado notablemente, pero como todos sabemos, ello no ocurrió.

Es fundamental tener en cuenta que el beneficio de que nuestros 50 millones de cabezas bovinas dejen de ser NN debe ser una ventaja para todos y no para algunos. De lo contrario, no sirve. Hay que tener claro este concepto, para que de una vez por todas, podamos trabajar ordenadamente y con una cadena fuerte y unida, tras un objetivo en común.

La trazabilidad no debe ser tomada como una traba o una barrera paraarancelaria. Es una oportunidad de revertir esta desgraciada situación, que nos posibilitará la identificación del animal desde su nacimiento hasta el final de la cadena de comercialización de sus distintos productos.

Seguridad alimentaria

Sólo sobrevivirán los productores que actúen como empresarios.

Los productores de agroalimentos debemos imponer el índice o coeficiente de seguridad alimentaria, donde la Argentina es el primero a nivel mundial. La trazabilidad nos permite demostrarlo y convertir nuestras ventajas comparativas en competitivas.

Como sistemas de identificación vemos marcas, señales y tatuajes. Asimismo caravanas con código de barras, con chips, con radiofrecuencias, bolos, código genético y ADN. No especificaremos uno u otro, sólo destacamos que deben ser precisos, indelebles, inocuos, inmodificables o inviolables durante toda la vida del animal.

En la Unión Europea, el costo de identificación varía aproximadamente de u$s 2 a u$s 5/animal, que es soportado mitad por el Estado y mitad por el productor. Si bien en el Reino Unido el gobierno se hace cargo del costo inicial, y en Francia, el productor paga sólo 25%.


Tenemos que tener en cuenta que la exigencia de trazabilidad depende de quién la efectúe:

·Trazabilidad de origen.
·Trazabilidad sanitaria.
·Trazabilidad de procesos. Quien exige trazabilidad es el cliente, ya sea frigorífico, supermercado, exportador, importador, consumidor nacional o extranjero.

La trazabilidad nos da una oportunidad de ser creíbles y confiables. Nos da fuerza a nosotros proveedores de darle valor agregado a nuestra carne bovina argentina. También nos ayuda en lo productivo, económico-financiero y comercial.

La identificación en lo productivo es fundamental en la lucha contra brucelosis, tuberculosis, ayuda a la integración de productores, seguimiento de fletes, etc. En el aspecto económico-financiero, es un documentado vital para un seguro ganadero y un proyecto serio financiero con el consecuente descenso de tasas bancarias.

En lo comercial, posibilita una tipificación, desarrollo de marcas, penetrar nuevos mercados, frenar abigeato y faena clandestina, por un mejor control.

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