Desde la publicación del Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) de desregulación de la economía firmado por el presidente Javier Milei, el sector inmobiliario asegura que se amplió la oferta de alquileres en al menos un 20% en Ciudad de Buenos Aires. Sin embargo, inquilinos aseguran que se trata de un “relato” y advierten por la persistencia de condiciones abusivas en los contratos.
Alquileres: tras el DNU, repunta la oferta pero inquilinos advierten por peores condiciones
La derogación de la ley supone para las inmobiliarias un panorama favorable, donde la oferta comienza a ampliarse. Sin embargo, organizaciones de inquilinos aseguran que las condiciones siguen siendo perjudiciales para la parte más débil.
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El DNU libertario es la primera herramienta ampliamente desregulatoria del gobierno de Milei que ya se encuentra en vigencia. En las modificaciones planteadas en 366 artículos, se encuentra la derogación de la Ley de Alquileres. Este es un punto que genera controversia entre el sector propietario e inmobiliario, que se encuentra a favor, y las organizaciones de inquilinos, que entienden a la vivienda como un bien social cuya comercialización merece ser regulada por el Estado.
En ese contexto, el Decreto propone principalmente la libre elección de moneda para los contratos, elimina el tope de depósitos, el plazo mínimo para alquilar -si no está estipulado, se entiende que serán dos años-, y el método de actualización también será definido por las partes, es decir, aplicar el Índice de Contratos de Locación (ICL) o el índice Casa Propia ya no es obligatorio. También se establece libremente las cantidades y moneda de las fianzas o depósitos en garantía y la rescisión del contrato puede darse en cualquier momento, siempre y cuando el inquilino abone el 10% del saldo restante. Además, se elimina la inscripción de los contratos de alquiler en la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP).
Para la organización Inquilinos Agrupados, el Presidente “se arroga facultades del Congreso y redacta artículos del Código Civil”. “Con los nuevos contratos no sabes cuánto vas a pagar durante el año, porque te lo pueden renovar cada dos meses y elegir libremente el método de actualización”, ejemplificó a modo de advertencia su titular, Gervasio Muñoz.
En cambio, para la presidenta de CUCICBA, Marta Liotto, se nota “un fuerte incremento en las consultas tanto de los propietarios que habían sacado sus inmuebles del mercado, como de los inquilinos, que buscan salir de los contratos actuales”. Con respecto al método y período de actualizaciones, la especialista asegura que “las partes priorizan alcanzar el Índice de Precios al Consumidor (IPC)” y una frecuencia de incrementos de seis meses, aunque en algunos casos acuerdan que sea trimestral. “Lo que nosotros queremos es volver atrás. Volver al escenario donde funcionaba todo y funcionaba bien. Colgar en el ropero, en el arcón de los recuerdos, estas dos nefastas leyes que perjudicaron tanto al sector”, asevera Liotto, sobre la solución al problema habitacional.
Alquileres: oferta vs condiciones
El presidente de la Cámara Argentina de Empresas de Servicios Inmobiliarios (CAMESI), Mariano Malbrán, le pone número al panorama auspicioso de Liotto. Según el representante del sector, previo a la vigencia del DNU ya se habían recibido un 20% más de consultas, de las cuales el 80% ya realizaron operaciones. “Casi todos quieren fijar el valor en dólares, y quienes no, hablan de un valor en pesos por índice Indec (IPC) cada tres meses”, detalla Malbrán. De todos modos, asegura que los recibos de sueldos que se requieren para alquilar “son elevados”, lo cual limita la posibilidad del futuro inquilino en la búsqueda de un inmueble, en un contexto de alta inflación y paritarias que no compensan el costo de vida.
Para Juan Arrizabalaga, integrante de Inquilinos Agrupados desde Tandil, lejos se encuentra la realidad de la perspectiva inmobiliaria. Entiende que los números iniciales propiciados por el sector “no son reales” y solo se trata de “información interesada”. “Es un armado de relato mientras te están expropiando los bolsillos”, sentencia. Bajo esa lógica, para el representante la organización, lo grave de la desregulación tiene que ver con las condiciones que no se pactan, sino que “se imponen desde el mercado”. “No hay plazos mínimos, está todo dolarizado al precio que se les antoja, no hay límites a lo que se pida de garantías, de depósito, meses de adelantado, arreglos, expensas extraordinarias, se trata de todos pelotazos en contra”, argumenta. Es por eso que considera que aunque haya más oferta, si es más encarecida y en peores condiciones, no se trata de un mejoramiento de la situación.
Como contraargumento, Alejandro Bennazar, director de Relaciones Institucionales de la Cámara Inmobiliaria Argentina, asegura que se trata de esperar a que “los locadores recuperen la confianza” para que el aumento de unidades sea ordenado y el panorama se clarifique. Mientras tanto, según el Centro de Estudios Scalabrini Ortiz (CESO), un monoambiente en CABA aumentó 284% interanual en noviembre, lo mismo que un dos ambientes. En tanto, un departamento tres ambientes subió 308% en el mismo período, mientras que la inflación fue del 160,9%.
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