L as dos facetas se han visto en la semana del mercado, con una suerte de «resurrección» del Merval en una rueda, para después retornar a la tónica floja en su fondo. La variable que consiguió ir saliendo de a poco de la varadura resultó la esencial realización de órdenes: llegada a insólito piso de menos de $ 20 millones, subiendo en cada jornada a partir de ello. Hasta llegar a la fecha del miércoles quedándose con todo el pozo, debido a la ausencia de certificados, y elevándose ayer hasta los $ 45 millones netos para papeles accionarios, con solamente 10% de eso en los CEDEAR. No se pudo concretar lo que hubiera sido una felicidad completa, debido a que el incremento de órdenes contuvo una proporción bastante más abundante de oferta que de demanda. Y esto deterioró al índice Merval, hasta llevarlo a solamente 1.175 puntos, cercano al mínimo del día: 1.171.
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Lo que parece ser interesante es que se haya quebrado la pesadez, por momentos insoportable, para transar y hacer mercado y que -al unísonolas puntas hayan encontrado una línea de corte y de acuerdo: aunque sea decantación de las cotizaciones. Si bien la baja de 1,4%, con aumento de volumen, resulta como precursora de más daños, el modo de «limpiar y sincerar» las relaciones pasa por mover sumas razonables. Y no es ilógico que las marcas retrocedan, ante la falta de sustento necesario, para que vuelva la tentación de demanda por precios más acomodados. Hoy: nublado.
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