El gobierno brasileño se declaró preocupado ante las nuevas medidas de control de importaciones que entraron en vigor en Argentina, e informó que evaluará su legalidad e impacto antes de adoptar una decisión, dijo la secretaria de Comercio Exterior, Tatiana Prazeres.
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"Seguimos con preocupación este tema, y estamos en contacto permanente con el sector privado de Brasil y el gobierno de Argentina, para que podamos entender el impacto económico de este nuevo régimen y la consistencia jurídica" del sistema, señaló Prazeres en rueda de prensa.
Los nuevos controles adoptados por Argentina, que entraron en vigor este miércoles, obligan a los importadores a presentar una declaración jurada de sus compras para obtener autorización, lo que se teme demore las operaciones.
Las autoridades brasileñas se tomarán su tiempo para evaluar las implicaciones en el comercio con Argentina, y su legalidad conforme a las reglas internacionales del comercio, indicó Prazeres.
La funcionaria se abstuvo de anticipar el tipo de medidas que podría tomar en reciprocidad el gobierno de Dilma Rousseff, aunque insistió en que trabajarán de la mano con el sector privado para evitar perjuicios a los exportadores.
El Gobierno fijó nuevos requisitos a las importaciones para controlar la salida de divisas en medio de la crisis internacional.
Los industriales brasileños han calificado la medida de "barrera" que aseguran afectará mucho al comercio bilateral.
También los industriales de Paraguay y Uruguay criticaron duramente las medidas argentinas, que se suman a otros mecanismos que también enlentecen el flujo comercial, como las licencias no automáticas.
Argentina es el tercer socio comercial de Brasil, con un volumen de intercambio bilateral de unos 33.000 millones de dólares en 2011, que resultó deficitario para Buenos Aires en más de 4.000 millones de dólares (+20% con respecto a 2010), según cifras oficiales.
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