Día clave en los Estados Unidos. También en la Argentina. La elección por la presidencia del país del norte promete elevar las pulsaciones en la política vernácula.
Elecciones en Estados Unidos 2024: Donald Trump, Kamala Harris y la jugada de última hora que apalancó Javier Milei
El Gobierno aceleró el nombramiento de Werthein. Piensa que con Trump en la Casa Blanca, el FMI debería ser más flexible a los pedidos de la Argentina
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Se infiere, porque a pesar de algunos indicadores el frente financiero -y la acumulación de reservas- no deja de manifestarse vulnerable, que una victoria del ex presidente Donald Trump podría, eventualmente, ofrecer algún respaldo adicional al gobierno de Javier Milei.
Impera una idea sobre la cual deberá montarse cualquier análisis: en la dinámica de la confrontación comercial y geoestratégica de Estados Unidos y China, la Argentina sólo importa -tanto para demócratas como republicanos- dentro de esa ecuación. ¿Qué decisiones del futuro gobierno de los Estados Unidos facilitaría el ingreso de capitales de ese país en sectores estratégicos del nuestro? ¿Qué políticas inhibirían el ingreso de China en esos mismos sectores vernáculos? ¿En qué medida un país con problemas financieros con el FMI se vería obligado a recurrir a capitales chinos para acrecentar sus reservas en moneda dura? Estos interrogantes guían los análisis posibles.
La pelea por el modelo a seguir: encuentro a oscuras entre Trump y Milei
Sabido es que el presidente Milei se mira en el espejo que representa Donald Trump. Y que, a la inversa, el empresario estadounidense suele mencionar al argentino como el artífice de un experimento inédito del cual los argentinos son rehenes. Hay que recordar que el pasado 24 de febrero, ambos políticos se encontraron personalmente, a oscuras y por algunos minutos, en la Conferencia de la Acción Política Conservadora (CPAC) en Washington.
Por supuesto, existen contrastes importantes entre las propuestas de Trump y el ejercicio de poder de Milei vinculadas a las políticas de producción, al cuidado del mercado de empleo, los impuestos, los aranceles, la apertura importadora, la agenda 2030, etc. De lo que deriva que la relación Trump-Milei se trata de una filiación política pero no programática, menos interesada en las ideas, más en la dinámica global.
Trump para el FMI, Werthein para Kamala Harris
Por último, queda gravitando la idea de que una eventual decisión de Trump podría torcer la balanza a la hora de que el departamento del Tesoro de Estados Unidos logre empujar al staff y al board del FMI para respaldar a la Argentina con “new money” en un nuevo acuerdo. Sabido es que otros accionistas de porte del FMI, como Alemania o Japón, suelen referirse a la Argentina como “un problema que debe resolver Estados Unidos”.
Pero, ¿y si gana Kamala Harris, la líder demócrata y actual vice? Por esa razón, para evitar la lectura lineal, el Gobierno aceleró la jura del nuevo Canciller, Gerardo Werthein. Fue el ex embajador en los Estados Unidos el que, en repetidas oportunidades, habilitó la resolución de cuestiones relevantes con el gobierno estadounidense.
Werthein tiene llegada al gobierno demócrata, pero también con los republicanos. Sus contactos alcanzan tranquilamente a lugares claves del departamento del Tesoro pero también de Estado. En los hechos, el presidente ha recurrido numerosas veces en el pasado a sus servicios, como si se tratara de un canciller en las sombras.
La gestión de Valdés y la llegada de Cubeddu
Uno de esos eventos ocurrió hace apenas algunas semanas. El presidente Milei ya se había manifestado en contra del director del Hemisferio Occidental del FMI, Rodrigo Valdés, por lo que, sostienen algunas fuentes, el mandatario gestionó, con Werthein, una movida en el Consejo de Seguridad Nacional de Joe Biden, y logró impulsar una consulta informal a la Secretaría del Tesoro, que en general se mantiene alineada con las decisiones políticas del FMI.
Fue esta consulta, y la gestión del ahora canciller, lo que terminó de asignarle peso específico al pedido de Milei en el Ala Oeste de la Casa Blanca. Así, el gobierno argentino logró que Valdés delegara completamente las negociaciones del programa a Luis Cubeddu, el subdirector del departamento del Hemisferio Occidental, y Ashvin Ahuja, el jefe de la misión de Argentina. Horas decisivas.
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