El gobierno está armando otra «Operación San-Cor», pero esta vez el beneficiario de sus desvelos sería una de las tres principales cadenas de hipermercados del país: Coto.
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Por encargo del presidente Néstor Kirchner, según la versión que circula en el mercado, el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, estaría delineando un paquete de salvataje financiero para la empresa de «Don Alfredo», que deberá necesariamente contar con el Banco Nación como principal protagonista.
El motivo de este salvataje es el mismo que provocó la intervención de Venezuela -todavía no concretada en los hechos- en la crisis de la láctea: impedir que una empresa nacional se «extranjerice». Es que, según le habría revelado el propio Coto a altísimos funcionarios del gobierno, recibió hace un par de meses una oferta firme para comprar su cadena por parte de una competidora de capital extranjero.
La tarea de Moreno, de todos modos, no será sencilla: dado que la presidenta del Nación, Graciela Ciganotto, habría expresado reservas respecto de asumir semejante exposición con un solo prestatario, el funcionario deberá conformar un consorcio de bancos que en total estén dispuestos a prestarle a Coto una suma cercana a los u$s 200 millones.
Hasta ahora, un puñado de entidades líderes habrían sido «contactadas» de manera muy preliminar por el gobierno, con el fin de sondear la posibilidad de que se integren a esta «operación rescate». Sin embargo, aún no se realizó nada parecido a la «asamblea» pro SanCor en la que Moreno reunió (nada menos que en el auditorio de Banco Central) a los banqueros más representativos del mercado financiero local. Cabe recordar que aquella gestión terminó en fracaso: los banqueros no pusieron plata, SanCor decidió «asociarse» a una empresa ( Adecoagro) que tiene a George Soros como accionista principal, y finalmente tuvieron que llegar promesas (aún no concretadas, se insiste) de petrodólares bolivarianos para impedir la «desnacionalización» de la cooperativa.
¿Qué llevó a Coto a esta situación? Veamos:
La empresa fundada por Alfredo y Gloria Coto tomó deuda en los años 90 para expandir su red de sucursales, que ya supera los 100 locales. Obviamente, las condiciones del país se modificaron desde entonces y su deuda -tras la crisis de 2001- se tornó prácticamente impagable en los términos originales.
Por eso, Coto y sus ejecutivos iniciaron un complejo proceso de renegociación con sus bancos acreedores, entre los que se cuentan (o contaban, porque algunos vendieron sus acreencias) el Citibank, el Rabobank, el JP Morgan y el Deutsche Bank. Más varios fondos (como el Copérnico).
Acuerdo
A fines de 2004 llegaron a un acuerdo para refinanciar una deuda que -sumada a la comercial y otras-rondaba los u$s 200 millones. La empresa se comprometió a pagar ocho cuotas anuales de capital, o sea unos u$s 25 millones cada doce meses, y amortizar los intereses cada tres meses.
La tasa pactada fue LIBOR más 3,25%. Y aquí estaría uno de los generadores del actual problema de Coto: cuando se firmó la renegociación la LIBOR rondaba 2,7%, por lo que el interés total era menos de 6%; desde entonces, esa tasa trepó a 5,38%, por lo que los intereses que debe pagar Coto crecieron prácticamente creció en 50% a casi 9% anual. Contra esto, la rentabilidad neta del sector supermercadista ronda -según los empresariosmenos de 3% sobre ventas brutas.
Como si esto fuera poco, la astringente política de precios que aplica el gobierno para atemperar la suba del IPC (índice de precios al consumidor) no sólo acota la rentabilidad de las grandes cadenas, sino que además -justamente por eso-les encarece el acceso al crédito; Coto no sería la excepción.
De todos modos, el pacto original con los bancos era sin quitas pero sin garantías reales. Esta vez, según pudo averiguar este diario, esas condiciones se modificarán.
Exigencias
Es que los bancos que intervendrían en el salvataje --incluyendo el propio Nación exigirían garantías reales sobre sus préstamos. O sea: que Coto ponga como «collateral» sus activos físicos. A cambio de eso, el empresario se beneficiaríacon más plazo y menos tasa, lo que sin dudas constituiría una especie de subsidio para la cadena minorista.
Así las cosas, en las próximas semanas Coto deberá hacer frente a la segunda cuota anual de su deuda renegociada.
Esta situación crítica habría hecho que Coto considerara seriamente vender su empresa por primera vez desde que creó su cadena de supermercados a partir de una carnicería. Se recuerda que muchas veces «Don Alfredo» rechazó ofertas por su cadena -sobre todo en la década del 90, cuando todo se vendía y caro-con el argumento «Si vendo, ¿qué hago?».
Algunos en el mercado se animan a sugerir que el fuerte embate de Kirchner contra Coto en noviembre de 2005 habría tenido como origen el enojo del Presidente ante la posibilidad de que el supermercadista vendiera su empresa.
En la actualidad Coto facturaunos $ 3.200 millones anuales, lo que lo coloca en el tercer lugar en el ranking de cadenas minoristas, pero no demasiado lejos del primero Carrefour/Norte (unos $ 3.600 millones anuales) y Jumbo/ Disco ($ 3.300 millones de ventas a diciembre de 2006).
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