En la presentación del Presupuesto 2026, el presidente Javier Milei apuntó directo al corazón del sector privado. “Si queremos que haya más empleo, necesitamos que haya más empresas invirtiendo. Y si queremos que haya más empresas invirtiendo tenemos que dejar de ver a los empresarios como enemigos públicos”, aseguró en cadena nacional.
Javier Milei apuesta a que haya más empresas en 2026, pero el sector enfrenta estancamiento y trabas en el corto plazo
El Presidente llamó a dejar de ver a los empresarios como “enemigos públicos”. Sin embargo, desde distintos sectores fabriles y pymes advierten que el escenario real es de caída de consumo.
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“Si queremos que haya más empleo, necesitamos que haya más empresas invirtiendo”, dijo Milei en cadena nacional.
El mensaje buscó abrir un nuevo capítulo en la relación con el empresariado, pero la respuesta de quienes deben tomar decisiones de inversión sigue marcada por la cautela, e incluso el pesimismo.
Reclamos de reformas y crédito caro
Federico Fontenla, dueño de la fábrica de muebles de diseño que lleva su apellido, reconoció que Argentina “indispensablemente necesita que se abran nuevas empresas y que las empresas que están, crezcan”. Sin embargo, aclaró que para que eso ocurra “tiene que volver a haber más consumo” y que son necesarias “ciertas reformas”.
“Principalmente, creo que yo estoy de acuerdo en que se abra Argentina al mundo y que puedan entrar importaciones, pero es indispensable cuidar la industria argentina. Para eso tiene que haber una reforma impositiva, que no le cueste tanto a una empresa sostener su estructura, y también una reforma laboral que ayude a actualizar un montón de cosas que el mundo ya cambió. Hoy los colegas tienen miedo de tomar gente porque no saben con qué problemas se pueden encontrar con la industria del juicio”, señaló.
Fontenla también resaltó que el país necesita crear empresas que generen valor agregado y empleo formal, y no sólo importadoras con “dos empleados”. “Hoy hay un dólar que nos pone caros con respecto al resto del mundo. No es que debería haber una devaluación porque eso se va a sufrir en los precios, pero sí se tiene que encontrar una baja de costos que no perjudique a los operarios y que aumente el poder adquisitivo para que el consumo crezca”, enfatizó el empresario.
Finalmente, remarcó que, si no cambian las condiciones, será difícil que se pueda cumplir el objetivo del Presidente. “Hoy las tasas están muy por arriba de la inflación, y aunque la inflación bajó respecto a años anteriores, no es un buen síntoma que el crédito sea tan caro”, entiende el hijo de Roberto Fontenla, dueño de la empresa con 70 años de producción en el país.
“Estamos todos atrás del cortísimo plazo”
En la misma línea, Román Guajardo, titular de la Unión Industrial Región Rosario (Unirr), planteó que hablar del Presupuesto 2026 resulta lejano para los empresarios. “Hoy estamos todos más pensando en el día a día y en la coyuntura: cómo hacemos para sortear la caída del mercado, las altas tasas que tenemos y cómo sostener el atraso en los plazos de cobro con los compromisos de pago a proveedores en un sistema de tasas elevadas”, describió el empresario y agrega: “No estamos pensando en un horizonte de mediano plazo, estamos todos atrás del cortísimo plazo”, señaló.
El dirigente industrial detalló un cuadro de debilidad en la cadena de pagos: “Lo que vemos es un escenario en donde las rentabilidades son muy bajas, los costos financieros son muy altos y también es cierto que el flujo en la cadena de pagos tiene atraso. Clientes que antes eran muy buenos pagadores ahora son buenos, clientes que eran regulares ahora son malos y los que eran malos, la verdad que se está haciendo complejo. Es lo mismo que se ve en el aumento de la morosidad de la tarjeta de crédito y en el crecimiento de los cheques devueltos”, advirtió Guajardo.
La misma señal de alerta dio el propio presidente del Banco Macro y del club atlético River Plate, Jorge Brito, al señalar la semana pasada en el podcast La Fábrica que, respecto a la cantidad de cheques rechazados, aún no registra un número alarmante, pero sí advirtió que entre junio y julio se duplicaron los casos, y de julio a agosto volvieron a incrementarse considerablemente.
Pymes en estado de espera y pronóstico de tensión social
Más tajante fue Mauro González, presidente de la Confederación General Pyme, quien aseguró que las perspectivas para el sector son “nulas”. Subrayó que con las tasas de crédito en torno al 60% “es inviable cualquier proyecto productivo” y cuestionó que el Gobierno “baja impuestos para bienes por puerta a puerta, mientras se paran las inversiones hasta ver los resultados electorales”.
El dirigente alertó además sobre la dimensión política y social: “Estamos viendo el crecimiento del desempleo, pero también de la precarización. Si no hay cambio en las políticas económicas, uno avecina una crisis social a fin de año si no se revierte. Está muy tenso el tejido en los barrios”.
El debate por la balanza comercial
A las preocupaciones empresariales, se sumó un nuevo frente con las proyecciones oficiales de comercio exterior incluidas en el Presupuesto. Un recuadro incluido en el documento oficial muestra que, después del superávit de u$s 16.654 millones en 2024, el saldo comercial se tornará negativo desde 2025 en adelante, con un rojo de u$s 2.447 millones ese año y déficits crecientes hasta 2028.
Frente a esas cifras, la Asociación de Empresarios Nacionales lanzó una advertencia en redes sociales: “El gobierno del Presidente @JMilei proyecta de acá al 2028 todos los años balanza comercial negativa con importaciones CRECIENTES. Están preparando la economía para destruir 25 mil pymes POR AÑO. Es una agresión directa. Fin”, compartió la entidad.
El modelo paraguayo y el régimen de maquila
En paralelo, Milei volvió a poner como ejemplo a Paraguay en su exposición ante el Congreso Nacional de ese país. Durante el evento, el mandatario destacó: “Gracias al régimen de maquila, Paraguay ha logrado sacar el máximo provecho a su industria local, incrementando las exportaciones y generando puestos de trabajo genuinos” y que el país vecino “logró domar, hace tiempo, el flagelo de la inflación”.
Pero no todos comparten ese diagnóstico. Guido Agostinelli, economista y autor de Falacias Libertarias, que visitó Paraguay para estudiar de cerca su economía, cuestionó la idealización del modelo: “Paraguay es una economía que está haciendo esfuerzos hace décadas por atraer inversión extranjera directa. Para eso generó zonas francas y todo tipo de instrumentos, pero la inversión ronda el 1% del PBI, muy chica. La presión tributaria está en menos de la mitad que la argentina, y sin embargo no logran atraer grandes capitales. No existe evidencia científica de que bajando impuestos se atraiga inversión extranjera de calidad. Lo que determina la atracción es la inversión en infraestructura y tecnología que hace el Estado”.
El economista advirtió que el país gobernado por Santiago Peña está diezmado en infraestructura, sin red ferroviaria y con grandes deficiencias en salud y educación. “Eso hace que sea muy difícil invertir allí. Los niveles de informalidad laboral son del 70%, muy por encima de Argentina. Por ende, bajando los impuestos no lográs mayor formalidad”, concluyó Agostinelli luego de su visita.
Para el economista, Paraguay “es claramente un caso fallido”. No obstante, crece con niveles de inflación bajos. Por eso sostiene que Milei apunta al mismo modelo: “crecimiento con inflación baja, pero con sectores excluidos de la sociedad”.
Señales de debilidad productiva
Recientemente el INDEC confirmó el estancamiento de la actividad económica, ya que el Producto Bruto Interno (PBI) retrocedió 0,1% en el segundo trimestre en comparación con los tres meses previos. El dato pone fin a una serie de tres trimestres consecutivos con subas de 3,6%, 2,2% y 0,9%.
A su vez, los últimos de la actividad industrial refuerzan la sensación de fragilidad. Según la última encuesta de la Unión Industrial Argentina (UIA), el 36,3% de las empresas redujo su producción en el segundo trimestre del año frente al 21,8% que registró incrementos. En ventas, el 43,5% reportó bajas y solo el 18,6% subas. En exportaciones, el 30,5% de las firmas reportó caídas contra un 16,6% que mostró alzas.
En paralelo, un informe de la consultora Vectorial elaborado a partir de datos de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo, mostró la pérdida de unidades productivas con trabajadores registrados bajo distintos períodos: 23.632 durante los 48 meses de Mauricio Macri (-492 por mes), 15.398 durante los 10 meses del ASPO en pandemia (-1.540 por mes), y 16.322 en los primeros 19 meses de Milei (-859 por mes).
De esta manera, mientras el Presidente insiste en que el Presupuesto 2026 será la base para un nuevo ciclo de inversión privada y pone como espejo el modelo paraguayo, la percepción en fábricas y pymes argentinas muestra otro diagnóstico: más cerca de la urgencia cotidiana que del horizonte de mediano plazo, con reformas estructurales aún pendientes, un comercio exterior proyectado en déficit, caída de unidades productivas y un ojo puesto en octubre, donde se espera que haya novedades en el frente económico.
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