19 de junio 2007 - 00:00

La baja vino y no aportó nada nuevo

La baja vino y no aportó nada nuevo
Poco antes del cierre, parecía que el mercado bursátil retomaba el ánimo alcista de la primera media hora de operaciones (a las 11 la tasa tocaba 5,18 por ciento anual y de ahí en más se movió a la baja), encaminándose a un resultado, si no ganador, al menos neutro. Sin embargo, esto no fue más que un leve atisbo; y para cuando terminaba de sonar la chicharra del NYSE, el Dow había retrocedido 0,19 por ciento, quedando en 13.612,98 puntos. Quienes el viernes hablaban de un rally imparable se escudaron detrás del argumento de que las semanas posteriores a un "cuádruple embrujo" (como la que acaba de terminar en que vencieron futuros y opciones sobre acciones, índices y futuros) suelen mostrar rendimientos acotados, por lo que no les sorprendía que los tres principales indicadores bursátiles cerraran del lado perdedor.

Sin embargo, entre la renacida noticia/rumor que BHP Billinton estaría por quedarse con Alcoa (que detrás de Caterpillar y Exxon fue la estrella de la jornada) y que General Electric y el Grupo Pearson avanzarían sobre Dow Jones, la suba del petróleo a u$s 69,09 por barril ( problemas en Nigeria) y la baja final de la tasa de 10 años a 5,144%, la rueda contaba con elementos más que suficientes como para justificar lo que hubiera sido su quinto cierre consecutivo en suba (entre las malas noticias, lo más destacable fue la baja de confianza de las empresas constructoras -atención que si bien ésta es una semana con pocos datos de los "relevantes", la construcción seguirá dando que hablar-).

En definitiva, una rueda pobre que no merece demasiados comentarios. Podemos así revisar un poco lo que viene ocurriendo con la tasa. Desde el 1 de mayo (los «problemas» arrancaron extraoficialmente el día 15) la tasa a 10 años libre de riesgo trepó casi 50 puntos básicos, mientras que la tasa a 28 días retrocedió 18 unidades. En principio, lo que se ve es el retorno a una curva temporal de tasas "normal". El problema surge cuando tenemos que analizar por qué la tasa corporativa de primera línea apenas subió 18 puntos básicos, frente a los 50 de los bonos BBB.

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