Las conversaciones y encuentros en la City porteña ya van rondando sobre lo que asoma el el horizonte lejano, con más dudas que certezas. Hay más bien un maremágnum de dudas e interrogantes sobre la política del 2024.
Más dudas que certezas: dólar, FMI, inflación y el antes y después de las elecciones
Todo el menú es político. ¿Qué se ve en las tres fuerzas políticas? Don Marco no traerá buenas noticias. ¿Los precios están al blue? Lo importante pasa por Washington no por Beijing.
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A un lado quedaron las consultas y preguntas de pura índole económica y financiera. Pero no es que no continúen los interrogatorios, por ejemplo, sobre la posibilidad de una devaluación antes de las elecciones, sino que amén de quién gane el 22 de octubre, o bien el 19 de noviembre si hay balotaje, lo que operadores, inversores y empresarios se plantean es si quien sea oposición acompañará al oficialismo en la agria tarea que hay por delante.
Muchos ya concluyen que si el próximo presidente está verdaderamente predispuesto a hacer los cambios y reformas que deberían encararse para intentar ir sacando a la economía de esta prolongada fase de decadencia, no debería aspirar a la reelección. O sea, sería presidente de un mandato y a cuarteles de invierno.
¿Qué se dice en materia política en estos encuentros?: que el acto del 25 de Mayo dejó en claro que el kirchnerismo sigue dominando al peronismo, ni los gobernadores ni los sindicalistas se oponen y solo negocian lugares en las listas; Cristina quiere Wado presidente, Axel gobernador y Massa al Congreso, pero ni Máximo ni Sergio quieren aceptar esto; la pelea entre Larreta y Bullrich escala, es una lucha sin cuartel, y quedarán víctimas y heridos, es que en Juntos han transformado una interna en una elección presidencial creyendo que ya la tienen ganada; la Justicia ha adquirido un inusual protagonismo en el proceso electoral suspendiendo y anulando elecciones, y teniendo que resolver por delante temas como la reelección de los intendentes y el domicilio de Jorge Macri; Milei el tercero en discordia le saca más a Juntos que al kirchnerismo, sus asesores económicos son un exceso de ortodoxia pero no un disparate, y si bien ya consiguió 50.000 fiscales voluntarios por internet no se sabe si llega a tiempo para capacitarlos y organizarlos para las elecciones, y nadie imagina ¡quién sería el ministro de Economía de Milei! Al fin y al cabo hay tres proyectos opositores: Bullrich, Larreta y Milei, de dos fuerzas políticas opositoras, las que para tener gobernabilidad obligarán a constituir una alianza entre los tres.
En cuanto a Cristina, su estrategia es pensar en el futuro, qué peronismo deja para ser oposición. La elección está casi perdida entonces qué tipo de oposición será. No será un peronismo del 2015 que le aprobó a Cambiemos muchas cosas sin pedir nada a cambio. Será más combativo y más resentido. El peronismo se prepara para ser una oposición dura. Ese es el escenario que se proyecta.
En temas económicos hay prácticamente consenso en que el INDEC traerá noticias malas cuando difunda la inflación de mayo, que lo ubican los privados por encima del 8%, y muy cerca del 9%. Resurge, con miras a lo que viene poselecciones, si los precios están valuados al dólar oficial o al blue, teniendo en mente el error del 2016.
En primer lugar hay que recordar que un 60% del IPC son servicios. Al respecto, un cálculo a mano alzada de PxQ sobre bienes y servicios del IPC muestra que lo que está al dólar blue tiene una participación de menos del 18% del IPC y lo que está al dólar oficial representa un 30% del IPC, el resto, 50%, son servicios. Por ende, si devalúan, un 15% del IPC quedaría en dólares iguales o bajarían, pero el resto subirá. Aunque se espera un menor passthrough.
Fiel al lema de Emilio Monzó de que hace falta “rosca”, el ministro Massa se embarcó rumbo a China llevando consigo al compañero Máximo, a quien intentará convencer de las bondades de su candidatura, o bien cómo hacen para impedir lo que quiere CFK (Wado y Axel). Pero lo importante es lo que se discute en Washington a estas horas sobre el caso argentino.
Porque lo clave no se define en Beijing sino en el DC. El staff del Fondo es solo instrumentista de lo que se negocia en otro lado, en la Casa Blanca y el Departamento del Tesoro. Hoy, desde el adelantamiento de desembolsos y alguna plata fresca, depende de las conversaciones que se llevan a cabo en Washington.
El equipo Massa-Rubinstein no solo le pidió al Fondo, y a EE.UU., que le manden ya los próximos desembolsos que suman unos 10.800 millones de dólares sino que además le den otros 2.500 millones de dólares para intervenir en los dólares financieros. Lo segundo parece que ni locos, entonces, piden que de los 10.800 millones puedan usar 2.500 millones para intervenir.
¿A cambio de qué? Por lo menos de un tipo de cambio oficial de $320 más crawling peg y que las importaciones paguen el impuesto PAIS llevando el tipo de cambio a casi $400.
Para finalizar un acertijo: ¿qué político se quedó sin su fulbito con amigos y otras yerbas por exigencia de su mujer? Ampliaremos.
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