27 de noviembre 2002 - 00:00

Los toros nos muestran el rabo

Los toros nos muestran el rabo
Las cosas siguen sin estar claras en el mercado. Ayer, como ocurrió en al menos tres oportunidades durante los últimos años, el S&P alcanzó a ganar poco más de 20% en una seguidilla de subas casi sin interrupción. Con esto entrábamos en lo que la tradición del mercado ha dado en definir como un "bull market".
Pero al igual que en las otras oportunidades, apenas horas después de guiarnos a las verdes pasturas de los mercados alcistas, los toros se dieron vuelta, nos mostraron el rabo y casi de una patada nos pusieron otra vez en un territorio de indefiniciones. Alguien podrá hablar de que existe cierta maldición sobre el mercado; otros, de que seguimos cayendo una y otra vez en las tradicionales "trampas de los osos" sin aprender jamás, y finalmente estarán los que creen que lo de ayer fue sólo un traspié que se corregirá rápidamente la próxima semana. El tiempo dirá quién está en lo correcto. Tal vez lo más grave para el ánimo de los inversores con lo que acaba de suceder no es que el Dow haya perdido 1,95% al cerrar en 8.676,42 puntos o que el S&P retrocediese 2,1%, sino que no parecieron haber motivos para el retroceso. Los tres grandes datos de la macroeconomía que se difundieron durante la jornada fueron claramente positivos: el PBI creció muy por encima de lo esperado, el índice de confianza de los consumidores rompió una seguidilla de cinco caídas y el número de nuevas casas construidas siguió mostrando que la actividad continúa a paso febril. Desde las variables internas del mercado, estábamos oficialmente dentro del esperado "bull market". Y, sin embargo, los grandes índices bursátiles arrancaron en negativo y continuaron cediendo posiciones a lo largo de todo el día, sin pánico, pero sin pausa.

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