Cierto es que el mundo bursátil y financiero atravesó una rueda que bien merecía ser de martes 13, aunque llegó un día después. Y dentro del convoy que tomaba la pendiente, nuestro indicador fue sólo uno más revistando en el «rojo», no de los tonos más intensos. El riesgo de una suba de tasas en el Norte puso en alerta a toda Europa, la posibilidad de que la ahora inflacionaria China decida enfriar su ritmo agregó inquietudes. Y, en la región, tanto el Bovespa como el Mexbol actuaron declinando hasta más allá de 1%. En función de esto, el índice Merval quiso poner distancias con los 1.200 puntos: aunque no pudo pasar de intención. Estirado, tocó los 1.205 y después se sumó a la lenta degradación de sus cifras. Para alcanzar un mínimo en 1.189 y cierre cercano a ello: 1.192 puntos.
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Depositando el recorrido donde estaba antes de la resurrección del martes 13.
Un tono gris, tan gris como la tarde, se asentó en el recinto operativo. Sin actuación de certificados, fueron 36 millones de pesos de efectivo, que no alcanzaron para asimilar un ritmo más dinámico de los vendedores.
Sin casos muy altisonantes, se trató de un rebaje suave, sin pasar de 2 por ciento en los casos mayores. Una rueda que dejó el vacío en los bolsillos y en los ánimos, volviendo todos como si no hubieran ido. Se empalmó con la tónica previa, quedó el rebote anterior entre paréntesis: lo de hoy, charada.
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