12 de enero 2007 - 00:00

Otro impuesto a la soja para dar más subsidios

• Una invitación al mercado negro que el país ya vivió por dificultad de aplicación. Se crea, además, una "caja" para manejar a discreción u$s 500 millones. • Es admitir que sistema de precios controlados por el secretario Moreno no alcanza para frenar la inflación. • Cayó el valor interno del grano por la previsible baja de rentabilidad. Pero subió en Chicago, con lo cual se amortiguó impacto final que tendrá en exportadores. • Agrega más precios reprimidos a los ya existentes. Ya hay $ 4.500 millones que se gastan cada año para que no aumenten tarifas y transporte con dudoso criterio.

Después de reunirsecon Néstor Kirchner,Felisa Miceli anuncióplan para aumentarsubsidios al complejosojero para controlar lainflación de productoscomo los lácteos y lasharinas.
Después de reunirse con Néstor Kirchner, Felisa Miceli anunció plan para aumentar subsidios al complejo sojero para controlar la inflación de productos como los lácteos y las harinas.
Como mecanismo para calmar la suba en los precios de los alimentos, que se aceleró en los últimos meses, el gobierno anunció ayer un nuevo esquema de subsidios para los productores, que será solventado con un aumento de las retenciones de 4 puntos para la soja y sus derivados (aceite, pellets). De esta manera se recaudarán, según las estimaciones oficiales, u$s 400 millones a los que se sumarán otros u$s 100 millones que aportará el gobierno del superávit fiscal para conformar el fondo para los agricultores.

El mecanismo de subsidio será administrado desde la Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario ( ONCCA). Allí deberán dirigirse los productores, que podrán comprar más barato algunos productos claves como trigo y maíz. Ambos granos tuvieron fuertes aumentos en el mercado internacional y venían presionando desde hace varios meses los precios de los alimentos a nivel local, impactando en los índices de inflación y, por ende, en el bolsillo de los consumidores. La medida quedaría efectivizada a partir de su publicación en el Boletín Oficial, prevista para el próximo lunes.

«Deberían empezar a reducirse fuertemente los precios de los productos que a partir de ahora están subsidiados», sostuvo la ministra Felisa Miceli, en una conferencia de prensa ofrecida en la Casa Rosada. Estuvo acompañada en ese anuncio por el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, y el subsecretario de Agricultura, Javier de Urquiza. Unos minutos antes, se habían reunido con el presidente Néstor Kirchner y el jefe de Gabinete, Alberto Fernández.

Las retenciones de soja aumentarán de 23,5% a 27,5%, mientras que las del aceite pasarán de 20% a 24%. Miceli justificó la decisión indicando que para la campaña 2006-2007 se espera que «la cosecha sea extraordinaria», aguardándose nuevos récords.

El gobierno optó por subsidiar el consumo interno de algunos bienes -agregó la ministraque, entre otros, incluyen los derivados del trigo, como la harina, fideos y pan. También están incluidos los derivados del maíz, como las proteínas animales como carne, pollo, cerdo y los productos lácteos. A ellos se agregan los que tienen como base la soja y el girasol, como ocurre con los aceites.

Una prueba que deberá superar el gobierno pasa por conseguir que los precios internos de los alimentos entren en una nueva fase de estabilidad, tras los aumentos que se acumulan desde setiembre. Según la ministra, en algunos casos, los precios deberán retrotraerse a los vigentes a noviembre, como ocurre con el caso del pollo. El incremento del maíz aumentó los costos para los productores avícolas, lo que generó una escalada desde $ 4 a más de $ 5 el kilo. Pero si el maíz vuelve a los valores anteriores, entonces también debería disminuir el precio.

Claro que el enfoque supone que los aumentos se deben exclusivamente a una cuestión de oferta, en este caso, incrementos de insumos para la industria alimenticia local. No se tiene en cuenta, sin embargo, que el fuerte aumento de la demanda que lleva también a mayores presiones sobre los precios de los alimentos y también de los servicios.

La decisión adoptada por Economía plantea también algunos interrogantes a futuro, que podrían resumirse en los siguientes:

  • Claramente, la decisión apunta a moderar la suba de la inflación, que arranca el año complicada. El piso para enero sería de 1,3%, similar a la del año pasado, pero incluso podría superarla. Esto jugaría en contra de las « expectativas», un concepto que le preocupa particularmente a Miceli.

  • Quedó en evidencia el alcance limitado de los acuerdos de precios. De hecho, una gran cantidad de productos venía subiendo por encima de lo pactado (pollo, carne y lácteos, por nombrar algunos). El gobierno ahora debe implementar un esquema de subsidios para que no aumenten los alimentos en las góndolas. En diciembre la canasta básica aumentó 2,3%, más del doble que la inflación y una situación similar se había registrado los dos meses anteriores.

  • No está claro cómo se va a implementar el subsidio para los productores, o si alcanzará para la demanda que se genere en los próximos meses. Pero lo más inquietante es cómo se «desarmará» este mecanismo en el futuro. Y también qué puede pasar si el precio de la soja cae e impide sostener este esquema.
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