28 de julio 2008 - 00:00

Pasajeros varados

Arrancó mal el gobierno como dueño de Aerolíneas: a pesar de las promesas oficiales de "normalidad operativa" hasta el 31 de julio, hubo atrasos y cancelaciones todo el fin de semana. A diferencia de episodios previos, esta vez no hubo violencia en Aeroparque ni en Ezeiza. Fue como si los usuarios le hubieran dado una chance al gobierno. Las explicaciones fueron desde lo insólito ("FM truchas de Entre Ríos interfieren las comunicaciones", lo que sería más preocupante aún) a la admisión de que no había aviones para tantos viajeros. También la UTA, cuyos afiliados sienten la inseguridad cada vez más intensamente, dejó sin colectivos a la gente dos noches seguidas. Imposible viajar en la Argentina, sin distinción de clases.

Miles de pasajeros volvieron a quedar varados en Aeroparque (y también en Ezeiza) por atrasos en los vuelos de Aerolíneas y Austral. Las explicaciones fueron desde  interferencias de radios truchas en Entre Ríos hasta sobreventa.
Miles de pasajeros volvieron a quedar varados en Aeroparque (y también en Ezeiza) por atrasos en los vuelos de Aerolíneas y Austral. Las explicaciones fueron desde " interferencias de radios truchas en Entre Ríos" hasta "sobreventa".
«Tenemos garantizado el normal servicio hasta el 31 de julio; en agosto trabajaremos el día a día para afrontar ese período de alta demanda.» ¿Un exceso de optimismo? Las palabras son del ministro de Planificación, Julio De Vido, y las dijo el jueves pasado; 24 horas más tarde, las multitudes de turistas y viajeros por negocios volvían a acumularse frente a los mostradores de Aerolíneas, reclamando que alguien al menos les dijera cuándo iban a poder volar.

Es que a pesar de la reestatización, Aerolíneas Argentinas y Austral siguieron dejando de a pie y provocando demoras de hasta 24 horas a sus pasajeros durante el fin de semana. La emergencia había sido prevenida ya por APA (el gremio del personal de tierra) la semana anterior, pero la crisis explotó este último viernes al iniciarse las vacaciones de invierno.

Hace quince días, APA -en su presentación ante el juez comercial Jorge Sicoli- había pedido, además de que la Justicia interviniera la aérea, que se reprogramaran los vuelos porque no habría aeronaves suficientes para cumplir con los pasajeros.

Una fuente gremial dijo a este diario que «la venta de pasajes para esta temporada alta no difirió demasiado de lo sucedido en años anteriores;la diferencia estuvo en el número de aviones disponibles para transportar a quienes los compraron».

  • Controversia

    Los funcionarios intentaron cargar las culpas sobre el Grupo Marsans, pero otra fuente gremial -que no está de acuerdo con lo actuado por los Kirchner en el «caso Aerolíneas»- recordó que «el Estado tenía dos directores, Vilma Castillo y el actual gerente general Julio Alak, que estaban al tanto de todo lo que pasaba en la empresa. Y no dijeron nada de la sobreventa... De Vido tuvo cinco años y medio para enterarse de lo que pasaba en Aerolíneas y de que no había política aerocomercial. ¿Ahora se acuerda?».

    En este sentido, trascendió que las declaraciones del fin de semana del ministro habrían causado disgusto en la Embajada de España: cuando se firmó el traspaso de las acciones de Aerolíneas, su presencia en la ceremonia se leyó como una garantía de que se terminarían las agresiones contra Marsans; sin embargo, ante la primera crisis, el gobierno echó mano al argumento del «mal manejo de los españoles».

    Lo cierto es que buena parte de los graves inconvenientes que padecieron los pasajeros podría haberse evitado: hay al menos tres aviones que están en condiciones de volar, y no lo hacen por decisión de APLA (pilotos de Aerolíneas), cuyo secretario general, Jorge Pérez Tamayo, parece seguir manejando la empresa como cuando estaban los españoles.

    Hay un MD serie 80 varado hace dos meses en el aeropuerto de Resistencia, por un litigio entre APLA y UALA ( comandantes de Austral); APLA reclama que el avión -propiedad de Aerolíneas, pero que volaba rentado por Austral- retorne a su flota; los de UALA fueron al paro hace dos meses aduciendo que, si Austral lo devuelve, Aerolíneas debe asegurarle otro avión similar para no debilitar aún más su ya reducida flota.

    También está el caso de los dos Airbus 320 que trajo Marsans desde principios de año, y que nunca despegaron porque APLA se negó a hacerlo, en función del conflicto por los MD de Aerolíneas que vuelan para Austral. Si bien es cierto que a las máquinas les faltaría algún repuesto para poder funcionar, también lo es que Alak prometió poner en el aire siete aviones más en el curso de los días siguientes a su asunción, y aún no pudo lograrlo. La compra de esos repuestos, entonces, ya no es un tema de falta de fondos, sino de decisión política.

    Finalmente, este fin de semana APLA «plantó» dos vuelos a Miami que se habían atrasado; como las tripulaciones se habían «vencido», se llamó a otros comandantes para volar a ese destino, a lo que se negaron. Cabe apuntar que están estatutariamente habilitados para negarse, pero el gobierno esperaba una colaboración inmediata y mayor de ese fiel gremio.

    Lo que sí está sucediendo, tal como adelantó este diario, es la presión de los sindicatos a cambio de «acompañar» el proyecto estatizador de De Vido y el secretario de Transporte, Ricardo Jaime. Así, Edgardo Llano, secretario general de APA, reclamará la semana próxima un aumento de $ 300 para sus afiliados de Aerohandling, el servicio de rampa propiedad del grupo Aerolíneas Argentinas.

    La base para este pedido es que sus pares de Intercargo (100% estatal, y que hacen la misma tarea que Aerohandling) ya cobran ese plus no remunerativo; ahora que Aerohandling también está en la órbita estatal, pedirán la equiparación.

    Sin embargo, el mayor frentede tormenta siguen siendo los pilotos de Aerolíneas, obviamente envalentonados por haber sido el ariete con que el gobierno demolió a los españoles: insistirán en mantener las 40 horas de vuelo mensuales como jornada laboral (la media mundial está entre 60 y 80 horas/mes), exigirán la incorporación de un cuarto piloto para los vuelos transatlánticos (hoy van tres) y reclamarán que se considere que se cruzan nueve husos horarios al volar desde Buenos Aires a Auckland (Nueva Zelanda), lo que incrementará sus períodos de descanso. Cabe recordar que un comandante de Aerolíneas Argentinas que vuela internacional cobra entre u$s 15.000 y 20.000 mensuales, un salario que está en línea con lo que se cobra en el mundo y a las responsabilidades que tienen estos comandantes.

    En tanto, la oposición en el Legislativo se prepara para otra batalla similar a la de las retenciones móviles, pero esta vez en relación con el costo que deberá afrontar el Estado para «recuperar» Aerolíneas.
  • Dejá tu comentario

    Te puede interesar