De acuerdo a los datos que difundió el INDEC del mercado de trabajo, en el segundo trimestre del año el desempleo se redujo en 0,7 puntos porcentuales y se ubicó en 6,2%. En tanto, la tasa de actividad fue del 47,6%, manteniéndose por encima del promedio histórico del 46%. El informe oficial destacó la creación de 401.000 puestos de trabajo formales con respecto al mismo período del año anterior.
Pese a caída de la actividad, estiman que se mantendrá el nivel de empleo
Analistas destacan que la economía se vio afectada este año por la caída del agro, pero que otros sectores como la industria, la construcción y el comercio ayudarían a sostener los niveles de empleo.
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De cara a lo que pueda esperarse en el mercado laboral en los próximos meses, analistas señalan que la caída en la actividad no se verá reflejada en una mayor desocupación y que, en ese escenario, los niveles de empleo se sostendrían en la última parte del año.
Al respecto, Sergio Chouza, director de la consultora Sarandí, analizó: “Estamos notando cierta insensibilidad de las respuestas de los indicadores socioeconómicos y laborales, respecto a la dinámica del ciclo económico, de los niveles de producción y actividad en el sector industrial, en el comercio. Esa insensibilidad se observa porque la caída del PBI consolidada de este año es heterogénea, no se da principalmente producto de un desplome de la demanda interna, sino que se da producto de una caída de las exportaciones, de granos principalmente, por una menor oferta”.
“Así que esa heterogeneidad en los componentes de la demanda agregada, hace que en los números macro de producción y PBI a la baja, no impacten en igual medida sobre el mercado de trabajo. Además, no se puede soslayar, que es un mercado de trabajo en el segmento privado mucho más rígido que en otros países, donde la respuesta al ciclo económico se da de manera más inmediata. Eso en Argentina no pasa, por características contractuales, y es algo que no se puede soslayar a la hora de analizar por qué hay cierta rigidez a la baja en los números de empleo: hay un techo a la desocupación, a pesar de que los niveles de producción este año caigan”, remarcó el economista.
En ese marco, concluyó: “No vemos que vaya a haber una reversión significativa, donde el indicador del tercer y cuarto trimestre se dispare la desocupación. Los números del mercado privado en SIPA confirman la relativa estabilidad”.
En la misma línea, Hernán Letcher, director del CEPA, señaló que no se espera un crecimiento en los niveles de desempleo pese a una contracción en la actividad económica. “Porque, de hecho, el dato característico de la publicación de este miércoles del INDEC, es que la desocupación se redujo del 6,9% al 6,2%, en un período donde la actividad cae 4,9%”, detalló.
Al explicar por qué sucedió de esta manera, resaltó: "La caída del nivel de actividad está explicado básicamente por la caída del 40% del sector agropecuario, que es un sector que genera relativamente poco empleo. En cambio, los sectores como construcción y comercio, que generan más empleo, e incluso industria, el sostenimiento del nivel de actividad de esos sectores permitió incluso la generación de puestos de trabajo adicionales. Todo esto implicaría reconocer que evidentemente hubo políticas tendientes a sostener el nivel de actividad y empleo y compensar el efecto negativo de la sequía en materia de actividad”.
Panorama complejo
Por su parte, Eugenio Marí, Economista Jefe de la Fundación Libertad y Progreso, aseguró que “si bien el desempleo se mantuvo, el ajuste se está haciendo con una caída en el salario real”. “Esto ocurre con mayor profundidad en los sectores con menor poder de negociación, que son los no registrados. Para estos trabajadores, el poder adquisitivo de los salarios está cayendo a una tasa mayor al 10% interanual”, detalló Marí.
“En el primer trimestre del año el Gobierno financió la demanda agregada vendiendo reservas, pero entrado el segundo trimestre se empezaron a sentir los efectos de las inconsistencias de la política económica y la sequía. Lo que también se observa en los datos del PBI. El ajuste en la demanda agregada se está haciendo por precios (menores salarios) que cantidades (desempleo)”, resaltó el economista.
En cuanto a lo que pueda ocurrir en el mercado laboral en los próximos meses, Marí concluyó: “Tenemos que considerar es que el dato de desempleo nos muestra la foto del segundo trimestre, con lo cual no incorpora la aceleración inflacionaria de agosto y septiembre, ni la profundización de la caída en el nivel de actividad. Los datos del tercer y cuarto trimestre seguramente muestren un crecimiento en la tasa de desempleo”.
En tanto, desde la consultora LCG proyectaron que para el 2023 esperan “que la oferta laboral se mantenga en máximos a partir de la necesidad de los hogares de complementar ingresos dada la caída del poder adquisitivo de los últimos meses”.
“Por otro lado, el escenario de administración de las restricciones atenta directamente contra la inversión y la actividad y, por ende, contra la creación genuina de empleo. En este contexto, no esperamos grandes cambios, salvo el crecimiento vegetativo, sin el acompañamiento de una creación de empleo paralela. Esto podría imponer una suba de la tasa de desempleo, que estimamos volverá a acercarse al 8% para el resto del año”, concluyeron desde la firma.
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