5 de junio 2007 - 00:00

Redrado se despega: No hay inflación sólo por emisión

Martín Redrado, junto altitular del Banco Centralitaliano, Mario Draghi, yuno de los directores delBCRA, Armando Bocco.
Martín Redrado, junto al titular del Banco Central italiano, Mario Draghi, y uno de los directores del BCRA, Armando Bocco.
Martín Redrado afirmó ayer que «el sesgo de la política monetaria es gradual pero persistente» sugiriendo que las compras de dólares por parte del Banco Central continuarán. Así lo señaló el presidente del BCRA en la inauguración de las Jornadas Monetarias y Cambiarias, y agregó que la inflación actual se da por razones « multicausales», en defensa ante los ataques que señalan a la emisión de pesos como una de las causas del incremento de precios.

Redrado justificó, como en oportunidades anteriores, la acumulación de reservas porque constituye «un verdadero seguro anticrisis para reducir la vulnerabilidad externa, dar certidumbre a la inversión pública y privada, y desarrollar un mercado de capitales doméstico en pesos». Además agregó que la «absorción parece ser la regla general» en economías emergentes.

Bajo el nombre de «La política monetaria ante la incertidumbre», distintos expositores, entre presidentes y miembros de bancos centrales de distintos países, académicos y consultores económicos, disertaron en las jornadas en el tercer piso del BCRA ante una audiencia de más de 150 personas. En el panel del que participó el subgobernador del Banco de España, José Viñals, se resaltó que en las últimas décadas se dio un descenso a nivel global de las tasas de inflación, lo que aísla a la Argentina dentro de esta característica mundial.

Entre los expositores se encontraron además el premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz, el gobernador del Banco de Italia, Mario Draghi, y el jefe de Estudios del Citigroup, Alberto Ades.

A continuación, las principales declaraciones de Redrado:

  • Mi preocupación es que se dé una posible sobreapreciación cambiaria dado por un contexto de mucha liquidez.

  • Estamos minimizando la probabilidad de que el sistema financiero se vuelva una fuente de inestabilidad, reduciendo los descalces de la moneda, la exposición al sector público y mejorando la solvencia.

  • El deterioro de la productividad de la economía norteamericana y la depreciación del dólar aumentó el interés por los mercados emergentes.

  • Nuestra región sigue siendo muy sensible al crecimiento-global, a las fluctuacionesen los precios de las materias primas y a los cambios súbitos en las condiciones financieras internacionales.

  • Lo que en los países desarrollados es una «corrección», en los países de la región puede ser una crisis, con posibilidades de contagio mayores.

  • Ni nuestros mercados financieros ni nuestras monedas están muchas veces preparados para canalizar mayores flujos de capital. Los sistemas financieros son aún pequeños, los mercados de deuda en moneda local todavía son incipientes y los mercados secundarios no tienen suficiente liquidez.

  • Latinoamérica muestra la expansión más vigorosa de los últimos treinta años a partir de un mejor manejo macroeconómico que incluye disciplina fiscal, la sustentabilidad externa, la adopción de tipos de cambios flexibles y políticas monetarias consistentes. Esto contribuyó a mejorar la posición financiera de la región con su correlato en menores spreads.

  • La «búsqueda de otras monedas» (alternativas al dólar) introduce «volatilidad importada» que distorsiona las señales de precios relativos para las decisiones de consumo, ahorro e inversión en nuestras propias economías. Así, un sistema de flotación administrada del tipo de cambio surge como una herramienta útil para moderar esos efectos.

  • La política del Banco Central generó incentivos para el resurgimiento del crédito al sector privado.
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