24 de octubre 2006 - 00:00

"Se producirán bienes que pasen inadvertidos"

Las presiones ligadas a los controles de precios, si bien pueden conseguir estabilizaciones temporarias en los aumentos, impactan en la voluntad del sector presionado a invertir para expandir la capacidad, lo cual termina afectando la oferta de largo plazo, realimentando la tendencia inflacionaria. Roberto Cachanosky explora este aspecto de los controles de precios en la nota «La política de la delación», publicada en el sitio de Internet Economía para Todos.

  • A medida que la política económica se va enredando cada vez más en la maraña de controles de precios, los aprietes para « controlar» la inflación comienzan a crecer hasta llegar a la política del «buchoneo» o delación.   

  • ¿En qué consiste esta política? En apretar a los diferentes sectores dentro de la cadena de producción para que delaten a sus proveedores en caso de que éstos les aumenten.

  • La generalización del apriete y el «buchoneo» hace que nadie invierta en un país en el cual los funcionarios públicos usan el monopolio de la fuerza para violar los derechos de los habitantes con el objeto de mantener el control del poder. Si nadie está dispuesto a invertir para ser «apretado» por los burócratas de turno, el resultado inevitable es la escasez.

  • Los sectores que menores inversiones reciben y en los que más se siente el impacto de la falta de mercaderías son aquellos que producen bienes muy utilizados por la población. Es decir, todo producto que la gente demande cotidianamente (alimentos, indumentaria, transportes o combustibles, por ejemplo) cae bajo el férreo control de los burócratas.

  • Ellos suponen que sus controles contendrán los precios de estos productos, lo cual es probable que ocurra transitoriamente, pero lo que no pueden evitar es que pocos estén dispuestos a proveer esos bienes y servicios al precio que ellos disponen.

  • Sin embargo, lo único que consigue esta amenaza es incrementar la fuga de productores de esos sectores. Veamos el problema de esta otra manera: ¿usted qué prefiere producir? ¿Trigo que se consume en el mercado interno e impacta en el precio del pan o soja que se exporta y no influye sobre el IPC? A igual tasa de rentabilidad, usted va a elegir producir aquellos bienes y servicios que no sean consumidos internamente porque todo aumento de precios o escasez de esos bienes es una complicación política para el gobierno, complicación que los funcionarios se la transferirán a usted para zafar políticamente. Así, usted pasa a ser el enemigo del pueblo, ya que quiere lucrar con su hambre.   

  • ¿Qué es lo que se consigue con esto? Que usted elija producir bienes y servicios que políticamente pasen inadvertidos. La política económica del apriete tiene, entonces, el curioso efecto de generar menos inversiones y oferta en aquellos bienes y servicios de alta demanda interna. Justamente al revés de lo que se supone deberían lograr las amenazas de los funcionarios públicos.
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