28 de octubre 2013 - 00:00

Apunta directo a Obama escándalo por el espionaje contra Merkel

La llegada al poder de Barack Obama en reemplazo del ultraduro George W. Bush generó en su momento amplias expectativas internacionales de renovación. El escándalo por el espionaje global hace dudar a muchos de que las diferencias hayan sido, al menos en ese tema, tan marcadas.
La llegada al poder de Barack Obama en reemplazo del ultraduro George W. Bush generó en su momento amplias expectativas internacionales de renovación. El escándalo por el espionaje global hace dudar a muchos de que las diferencias hayan sido, al menos en ese tema, tan marcadas.
Berlín - El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, fue informado personalmente de que el teléfono celular de la canciller alemana Angela Merkel estaba bajo escucha desde 2002, afirmaron ayer los medios alemanes, dando un nuevo giro al escándalo por el espionaje global norteamericano.

El diario Bild am Sonntag citó ayer fuentes de inteligencia norteamericanas según las cuales el jefe de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), Keith Alexander, informó al mandatario demócrata sobre la operación contra Merkel en 2010.

"Obama no puso fin a dicha operación, sino que permitió que continuara", afirmó el medio, que citó a un alto funcionario de la NSA.

En tanto, el semanario Der Spiegel detalló que, según documentos filtrados de la NSA, el teléfono de Merkel figuraba en una lista de blancos a espiar desde 2002, tres años antes de que accediera a la jefatura de Gobierno.

Según el mismo semanario, el celular de la mandataria estuvo bajo vigilancia hasta pocas semanas antes de que Obama visitara Berlín en junio último.

Este escándalo de espionaje condujo a los dirigentes europeos a exigir un nuevo acuerdo con Estados Unidos sobre recolección de informaciones de inteligencia, pero la queja, que algunos sectores, como el Parlamento Europeo, querían que fuera sonora, terminó resultando tibia.

Alemania enviará a sus altos responsables de inteligencia a Estados Unidos la semana próxima para exigir respuestas sobre las acusaciones de que los servicios secretos norteamericanos escuchaban el móvil de Merkel, un caso que, más allá del perfil con que se está manejando, amenaza con enfriar las relaciones transatlánticas. En tanto, la NSA rechazó recibir con el mismo fin a eurodiputados.

El miércoles pasado, Merkel interrogó a Obama por teléfono al respecto, afirmando que espiar a sus aliados sería "un abuso de confianza" entre socios internacionales.

Ante estas acusaciones, las autoridades alemanas convocaron al embajador estadounidense, una iniciativa sin precedentes entre estos estrechos aliados.

Pese a que la fuente que informó de la aceptación de Obama del espionaje contra la alemana, la NSA salió ayer oficialmente a despegar al mandatario del escándalo.

El encargado de la superagencia, el general Alexander, "no habló con el presidente Obama de un supuesto operativo de inteligencia que involucrara a la canciller Merkel y jamás habló de algún operativo que la involucrara. Las versiones de prensa que aseguran lo contrario no son ciertas", afirmó un portavoz en un comunicado.

Hasta ahora la Casa Blanca se limitó a afirmar que no espía a Merkel en la actualidad y que no lo hará en el futuro, pero guardó silencio sobre el pasado.

Mientras, el Gobierno de Berlín elevó ayer el tono de su respuesta ante el posible espionaje a la canciller y advirtió a Washington de que embajadas y diplomáticos en suelo alemán deben respetar la ley alemana, que determina que las escuchas telefónicas son un delito.

La cascada de informaciones sobre las escuchas hizo reaccionar al titular alemán de Relaciones Exteriores, Guido Westerwelle, quien señaló en un comunicado que "en suelo alemán rige la ley alemana", y que esa máxima es válida para todos: "Para alemanes y extranjeros, para ciudadanos y empresas, y también para diplomáticos y embajadas".

Westerwelle, quien el jueves convocó al embajador estadounidense en Berlín -un gesto diplomático inédito entre los dos países-, confió en que Washington comparta ese punto de vista.

"El espionaje entre amigos y aliados no es procedente", recalcó antes de añadir que, como se está comprobando, esas prácticas además "son políticamente muy perjudiciales".

El espionaje, agregó, "amenaza con minar los lazos" que unen a los dos países y concluyó: "No todo lo que es técnicamente posible es también políticamente razonable".

El comunicado se hizo público después de unas duras declaraciones del ministro del Interior alemán, Hans-Peter Friedrich, quien resaltó en una entrevista con el dominical Bild am Sonntag que "espiar es un delito y los responsables deben responder por ello", ya que supone violar la soberanía nacional.

"Si los estadounidenses pincharon teléfonos en Alemania, infringieron la ley alemana en territorio alemán", recalcó Friedrich.

Agencias AFP, Reuters, EFE y DPA, y Ámbito Financiero

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