Bancos sufren, pese a ayuda

Los bancos europeos sufren en las Bolsas desde el lunes, minados por los interrogantes sobre el contenido del plan de apoyo a las entidades irlandesas, la posible propagación de la crisis a Portugal y España, y la administración económica en la Eurozona. El anuncio el domingo de la aceptación de un plan de ayuda para Irlanda por parte de la Unión Europea y el Fondo Monetario sólo ofreció algunos minutos de respiro a los bancos en la apertura de los mercados el lunes. El ejemplo más claro fue España, donde el Ibex-35 de los principales valores de la Bolsa de Madrid cayó ayer un 3%, con los valores bancarios sufriendo duras pérdidas. El líder del sector, el Santander, perdió un 4,7% mientras que su principal competidor, el Banco Bilbao Vizcaya Argentaria cedió un 3,9%, y el Banco Popular perdió un 2%.

El gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, subrayó ayer que los efectos de la crisis irlandesa «se han extendido» de forma «rápida» a los países periféricos de la zona euro y «se han dejado sentir» sobre la deuda española. Durante la principal operación de refinanciamiento semanal del Banco Central Europeo ayer, la demanda de los bancos no se disparó. «Es un momento de prudencia», explicó el experto Peter Chatwell, de Crédit Agricole CIB, que puso como ejemplo la emisión obligatoria de España efectuada ayer con tasas muy altas.

Muy vinculados a sus economías domésticas, los bancos están directamente expuestos en caso de dudas sobre las finanzas públicas y la capacidad de un país de honrar sus deudas. Esto explica los problemas de los bancos españoles y portugueses. En cuanto a los demás establecimientos de la zona euro, en Francia sobre todo, sus vínculos con España y Portugal son tan importantes que la suspensión de pagos de un Estado los penalizaría duramente.

El nerviosismo actual de los inversores se debe también a la falta de precisión sobre el plan de ayuda a los bancos irlandeses, del que se sospecha que podría requerir una contribución de los compradores de deuda. El banco irlandés Anglo Irish, que ya le ha costado al Estado más de 29.000 millones de euros, acaba de obtener el acuerdo de una parte de sus acreedores para efectuar un intercambio de obligaciones que dividirá por cinco el valor de sus deudas.

El mercado se está crispando también al ver que ha dejado de ser tabú la participación de los inversores en las eventuales pérdidas ligadas a la reestructuración de la deuda de un Estado, a raíz de las declaraciones que hizo a comienzos de noviembre la canciller alemana, Angela Merkel. También duda de la administración de la zona euro, aunque según Capelle-Blancard, «la reacción de las autoridades europeas ha sido adecuada» y rápida en el caso irlandés, a diferencia de la demora que observaron para ayudar a Grecia en la primavera boreal.