El Gobierno quedó más cerca de perder a uno de los pocos aliados que le quedan en el campo sindical. La versión más oficialista de las 62 Organizaciones repasó la semana pasada todos los ítems que la vinculan con la administración de Mauricio Macri y concluyó que la cercanía dejó de redituarle al menos a partir de la salida del Gabinete del exministro de Trabajo, Jorge Triaca. Golpeado por la intervención de tres de sus organizaciones y el encarcelamiento de uno de sus dirigentes, el sello quedó a la deriva y permeable a una eventual cooptación por parte de Hugo Moyano, quien ya mantuvo un encuentro a solas con su líder, el rural Ramón Ayala, como había adelantado este diario.
Sindicatos macristas toman distancia y se acercan a Moyano
Una de las versiones del sello 62 Organizaciones protesta por la indiferencia de los funcionarios de Cambiemos y por contener a tres gremios intervenidos, además de un dirigente que estuvo preso.
La catarsis fue expuesta el miércoles pasado durante un encuentro de la mesa de conducción de “Las Seis-Dos” en la sede del sindicato de conductores de taxis, adonde la crisis económica que atraviesa todas las actividades se mezcló con las protestas puntuales de buena parte de los gremialistas por la falta de atención de funcionarios con los que en teoría contaban. En ese sentido, la salida del elenco gubernamental de Triaca, apadrinado por el referente del gas Oscar Mangone, resultó apenas un factor más de hastío de un sector que considera mal pagado el alineamiento que le prestó a Cambiemos desde el arranque de la gestión.
Uno de los motivos de mayor queja fue la secuencia de intervenciones a gremios que golpeó con particular intensidad al sector: se mencionaron los casos del Sindicato de Obreros y Empleados de Minoridad y Educación (Soeme), que sobrevino a la detención en Uruguay de Marcelo Balcedo; del gremio de seguridad (Upsra), y de una de las seccionales de la Federación de Trabajadores de Industrias Químicas y Petroquímicas (Fatiqyp), cuyo titular, Fabián Hermoso, estuvo por algunas semanas detenido bajo el cargo de haber ejercido supuestas extorsiones y amenazas. Hermoso, de hecho, fue uno de los dirigentes que viajó junto a Triaca por Europa meses atrás.
La protesta no se detuvo en esos episodios. Varios de los dirigentes alegaron haber sido ignorados por el ministro Dante Sica, sucesor de Triaca, y por los funcionarios de Producción y Trabajo en cuestiones administrativas y de coyuntura de sus respectivas organizaciones. De mínima, la cercanía con el anterior funcionario les aseguraba prioridad en la atención de homologaciones, diferendos de representación con otros gremios y certificaciones de autoridades para las renovaciones de jefaturas, entre otros trámites. Ni siquiera un encuentro reciente que tuvieron con Lucas Aparicio, secretario de Trabajo, agilizó los expedientes.
Como agravante el grupo debe coexistir con otros dos sellos que reivindican para sí la titularidad de la denominación “62 Organizaciones”: uno, a cargo del textil Hugo Benítez y que fue armada por el gastronómico Luis Barrionuevo, que cuenta en su directorio con presencias de los sindicatos mayoritarios de la CGT, y otra encabezada por el dirigente del vidrio Horacio Valdez, quien lo puso al servicio de Moyano. El peso de la versión “PRO” es la titularidad de Ayala, sucesor del fallecido Gerónimo Venegas en el gremio de peones rurales (Uatre); de José Ibarra, de los taxistas, y sobre todo la participación de los gremios energéticos nucleados en su propia franquicia, Catheda, que a su vez integran “las 62”: los petroleros Antonio “Coco” Cassia (YPF) y Guillermo Pereyra (Patagonia, Vaca Muerta), Mangone, del gas y Guillermo Moser, de Luz y Fuerza, entre otros.
Moyano, que ya cuenta a su favor con la versión que lidera Valdez, realizó semanas atrás una sugestiva visita a Ayala. El camionero era muy amigo de Venegas hasta que la política los separó, sobre todo una vez que el rural fue encarcelado por algunas horas durante el mandato de los Kirchner, al que todavía respaldaba el entonces jefe de la CGT. Aquel encuentro a solas, que reveló este diario tuvo como excusa la compra conjunta de ambos gremios de un terreno en Necochea, pero avanzó hacia puntos de coincidencia sobre la necesidad de unir al sindicalismo. Aunque Ayala resolvió por ahora mantenerse junto a Cambiemos vía la alianza del partido propio Fe (creado por Venegas) el acercamiento con Moyano y la progresiva distancia de la “mesa chica” de las 62 Organizaciones respecto del Gobierno amenazan con quitarle a Macri su mayor respaldo gremial.
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