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“China se ha convertido en la tercera mayor fuente de inversión de Argentina”

M.V.: Las consignas de Deng Xiaoping al lanzar su plan aperturista en 1978 fue muy simple: "Enriquézcanse", y "No importa que el gato sea blanco o negro, sino que cace ratones". Para un país que inició su desarrollo económico al margen de la Organización Mundial de Comercio (recién ingresa hace 12 años) y por lo tanto fuera de cualquier limitación interna o internacional, la propiedad intelectual fue un dato casi anecdótico. Hoy, después de 30 años de crecimiento a tasas del 10% anual, esta situación, aunque persiste, está siendo controlada por la normativa de la OMC. China el año pasado superó a Estados Unidos como el mayor procesador de patentes del mundo. En 2011 China recibió 526.412 solicitudes mientras que Estados Unidos registró 503.582 y Japón 342.610. La necesidad de contratar empleados chinos sólo sigue vigente para las misiones extranjeras, pero no para las empresas que se radiquen.
P.: ¿Cuáles son las ventajas y desventajas que tiene China en materia de producción, en comparación con los Estados Unidos?
M.V.: Según estudios especializados, en 2015 los costos de producción norteamericanos y chinos serán equiparables. Pero en materia de productividad y eficiencia productiva, el saldo sigue siendo altamente favorable a Estados Unidos. La gran ventaja china es sin dudas la existencia de un mercado interno en rápido desarrollo y una creciente clase media -generada por la aplicación del sistema capitalista- que, en 2030, abarcará al 75% de la población; el crecimiento del consumo de esta nueva clase podría aumentar un 9% anual durante los próximos 20 años. Hoy el país tiene 655 ciudades que combinan una población de 621 millones de personas, cerca del 47% de la población nacional; 89 ciudades chinas tienen más de un millón de habitantes y 49 han sido creadas entre finales del decenio de 1980 y 2008. Estas ciudades, según Mac Kingsley, convierten el interior de China como uno de los puntos geográficos con mayores oportunidades de negocios del mundo.
P.: ¿China está perdiendo su condición de mercado barato para producir?
M.V.: Sin duda, desde que se sancionó la Ley Laboral en 2008, China ha dejado de ser un centro de producción barato. Desde entonces se ha producido un incremento en los salarios de los trabajadores del 20% anual, y un empleado promedio en China hoy cuesta más que en toda Asia, con excepción de Tailandia y Malasia.
P.: Si es así... ¿cuáles serán sus ventajas competitivas?
M.V.: Estimo que el desarrollo del mercado interno conllevará la rápida expansión de la demanda de su clase media y alta, tanto en bienes como en servicios. Hay que tener en cuenta que en China ya hay más de un millón de millonarios (con capitales de más de u$s 1,5 millón) ávidos de consumir, y más de 65.000 magnates que poseen una fortuna de más de u$s 16 millones.
P.: ¿Cuál es el modelo de desarrollo chino tanto a nivel interno como de penetración internacional?
M.V.: La denominada "Economía Social de Mercado" está basada en la planificada a largo plazo por parte de una dirigencia altamente profesionalizada, donde prima el pragmatismo. En esta construcción los ingenieros ocupan los cargos más prominentes. No hay un modelo sino varios que conviven y lo único que los une es la capacidad de adaptación y de experimentación, flexibilidad y cambio, y cierta claridad sobre lo que no hay que hacer. En síntesis, un proceso de apertura económica progresivo, con un centralismo eficiente, federalización económica y unitarismo en la concepción del desarrollo, dirigido por el Partido.
P.: Las inversiones chinas son muy relevantes en África, sudeste asiático, Estados Unidos y América Latina. ¿Tiene una lógica esta presencia de inversiones chinas en estos países y continentes?
M.V.: El dato más relevante es que China dispone de las mayores reservas del mundo, estimadas en u$s 3,3 billones (millones de millones), que equivale al doble de la reserva global de oro en el mundo. Estos excedentes son aplicados a suplir sus necesidades estratégicas. También para ir forjando un posicionamiento financiero a escala global. De allí su creciente presencia en los cinco continentes. Hoy el yuan es la novena divisa usada en transacciones internacionales. Las iniciativas que lleva adelante junto a sus socios del BRICS para crear un banco de desarrollo conjunto con un capital inicial de u$s 100 mil millones es un tema que pone en riesgo la supervivencia del FMI y del Banco Mundial.
P.: Es conocida la escasez de recursos naturales que tiene este país. Es importante la investigación y desarrollo en China. ¿Es cierto que buscan lograr autoabastecimiento de alimentos, como por ejemplo la soja?
M.V.: China tiene el 4% del agua potable, el 9% de la tierra fértil, y el 22% de la población mundial que alimentar. Desde el año 2003 China se convirtió en un neto importador de alimentos. Y el déficit comercial agrícola no deja de crecer a un ritmo del 30% anual. En 2012 importó materias primas para el consumo por valor de u$s 120 mil millones de 16 países, ocupando nuestro país el sexto lugar como proveedor de alimentos.
P.: ¿Cuáles son las ventajas y desventajas de contar con inversiones chinas?
M.V.: Las inversiones aportan recursos para expandir la oferta de materias primas, reducir los costos de transporte y mejorar la calidad de las infraestructuras. China es parte del BID y se comprometió a efectuar un aporte de u$s 2.000 millones para un Fondo de Cofinanciamiento de proyectos públicos y privados de nuestra región.
P.: ¿Qué se debe tener en cuenta cuando se negocia con China?
M.B.: Resulta indispensable uniformar un criterio a nivel nacional como regional. China en su Libro Blanco sobre América Latina y Caribe explicita sus objetivos en relación con la región, y no esconde su apetencia por los recursos naturales y su intención de expandir sus exportaciones. Estoy convencido de que hay que reactivar la Conapac (Comisión Nacional para Asia y Pacífico) con representantes del sector académico, empresario y oficial, que simplemente ha dejado de funcionar por falta de impulso de nuestra Cancillería.
P.: ¿Cuál es el nivel de inversiones chinas en la Argentina?
M.V.: Según un reciente informe elaborado en el CARI, China es el tercer inversor después de Estados Unidos y España. Más de 30 empresas chinas operan en el país en negocios que van desde la minería, energía y finanzas, hasta la fabricación de televisores. Estimaciones privadas calculan el monto en u$s 23.000 millones en nuevas inversiones.
P.: ¿Qué productos argentinos podríamos exportar y no lo estamos haciendo?
M.V.: Resulta indispensable impulsar la producción de "escala", estandarizada y regular e ir preparándola a las exigencias sanitarias y las certificaciones medioambientales chinas. Los que actualmente tienen más probabilidades de ingresar son cebada cervecera; quesos; aceite de oliva; genética vacuna (embriones y semen); caballos de polo; productos veterinarios (especialmente para aves y cerdos); ovoproductos; alimentos para mascotas (crece en China el hábito de tener mascotas domésticas); pisos de goma no direccionales (principalmente para hospitales), turismo y servicios educativos (español como lengua extranjera), entre otros.
"LA EDUCACIÓN EN CHINA ES PAGA DESDE EL JARDÍN"
P.: ¿Cómo manejan la política de educación en China?
M.V.: Históricamente, a la educación se le ha dado un alto valor y para ingresar a la burocracia que acompañaría en su gestión a los emperadores, debía acreditarse el mérito y la calidad de los candidatos por sus conocimientos. A diferencia de nuestro país, la educación en China es paga desde el Jardín de Infantes y su nivel es de una elevada exigencia.
P.: ¿Piensa que es posible que en algún momento China pueda tener un sistema democrático?
M.V.: Existe hoy un debate internacional en torno de las bondades y defectos de la milenaria "meritocracia china" largoplacista, y la "democracia" de un hombre-un voto, incapaz de hacer prevalecer el bienestar general de la población ante los grupos de presión que actúan detrás de los partidos políticos, como hemos visto recientemente en la democracia por excelencia, los Estados Unidos. En todo caso, por el momento, resulta altamente improbable que se modifique el status quo político del Celeste Imperio.
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