3 de agosto 2009 - 00:00

Comentarios Políticos del Fin de Semana

Néstor Kirchner
Néstor Kirchner
- JOAQUÍN MORALES SOLÁ. La Nación. El analista realiza un repaso de las últimas negociaciones entre el Gobierno de Cristina de Kirchner y el campo, pero sin agregar información nueva. Con un enfoque algo naïf sobre la Mesa de Enlace, la columna destaca cómo fueron engatuzados los dirigentes rurales en su último encuentro con Aníbal Fernández, Amado Boudou y Débora Giorgi.

La única certeza en este interminable conflicto es que las partes, Gobierno y campo, tienen cada vez menos margen para ceder y se encaminan a un nuevo éxtasis confrontativo. El escenario será nuevamente el Congreso, donde la Mesa de

Enlace concentra ahora su estrategia, consciente de que no existe tolerancia social para nuevos piquetes, cortes de ruta o paros en la comercialización de productos.

Ese enfrentamiento se comenzará a vislumbrar esta semana en la Comisión de Asuntos Constitucionales de la Cámara de Diputados, donde, según el analista, no sólo legisladores opositores, sino también algunos kirchneristas se opondrían a delegar en el Ejecutivo la facultad de fijar retenciones.

Otro golpe para el Gobierno Kirchner llegaría cuando el Poder Legislativo anule el decreto del Ejecutivo de aumento de tarifas. Todo apunta a una desfinanciación del kirchnerismo que justificaría las denuncias de Néstor Kirchner sobre atentados a la gobernabilidad. El plan del ex presidente sería entonces convocar, a lo Hugo Chávez, a un referéndum sobre la gestión de su esposa y, en caso de una posible derrota, renunciar al poder y dejar que la crisis llegue a su paroxismo con Julio Cobos como nuevo presidente.

- VAN DER KOOY, EDUARDO. Clarín. Avanza el columnista sobre la situación del Gobierno tras las elecciones, inmovilizado en su capacidad de resolver sus crisis en medio de las venganzas que sigue soñando Néstor Kirchner desde su encierro en la residencia de Olivos. Es cierto que nadie en el elenco oficial parece terminar de leer el resultado de las urnas y de ahí que, por ejemplo, la negociación con el campo haya vuelto a los mismos errores del pasado.

Pero también destaca Van der Kooy que la oposición, inarmónica, no parece aprovechar el resultado que consiguió en las urnas en junio. Quizá minimiza ese problema el columnista al resumirlo a los enfrentamientos entre Elisa Carrió y Margarita Stolbizer o en la creciente influencia de Julio Cobos sobre la conducción de la UCR. Existe también una falta de certezas sobre las soluciones a aplicar en la cuestión del campo, por ejemplo, sobre las retenciones a la soja y eso ya distorsiona al elenco opositor.

Va a lo obvio Van der Kooy cuando recuerda que tampoco suena como un violín el acuerdo entre Mauricio Macri, Francisco de Narváez y Felipe Solá, que no consigue encontrar contenido político suficiente para llevar el discurso.

A pesar de esas realidades, sigue el matrimonio presidencial desperdiciando oportunidades de oro para solucionar cuestiones como el campo, el INDEC, la permanencia de Guillermo Moreno, que siempre irrita, y hasta la complicada agenda de leyes que espera en un Congreso que va en marcha de la rebelión. Como cuando no comprende que uno de sus máximos problemas es la falta de confianza, no sólo ya desde el exterior hacia el país, sino también a que el Gobierno cumpla alguna de sus promesas cuando negocia. «Esa ausencia empujó a la derrota y los Kirchner no han sabido rehacerla un mes después», resume el columnista.

Con el diálogo con el campo nuevamente «en el aire», el conflicto ahora impacta directamente en el Congreso. Los bloques oficialistas ya muestran cansancio, inclusive en quienes se quedan en la bancada kirchnerista y no migran a otras, como sucedió la semana pasada.

De ahí que Cristina de Kirchner haya creído que enviando un proyecto para autolimitar los superpoderes podría calmar la sangría interna y a la oposición al mismo tiempo. No contempla el columnista que ese proyecto, después de la euforia inicial, está pasando por una auditoría opositora que no tendrá buenos resultados.

En ese marco, parece difícil que la presencia de Néstor Kirchner en el Congreso desde el 10 de diciembre pueda calmar la presión interna en un kirchnerismo que por los propios errores del ex presidente quedará por entonces en minoría y con más heridas internas que nunca.

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