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Créditos hipotecarios UVA: cuotas podrían ajustarse por salarios
• LO PROPONE UN PROYECTO DE LEY PARA DAR MAYOR PREVISIBILIDAD
La iniciativa valora la mejora en relación cuota/ingreso del sistema de préstamos, pero busca mitigar alcance de inflación con “seguro de descalce”.
Por ejemplo, ¿qué hubiera pasado si hace 23 años uno familia hubiese tomado un crédito ajustable por UVA?
Viendo lo que ocurrió en ese período podemos ver que entre puntas (2017 vs. 1994) efectivamente el salario registrado se movió por encima de los precios, pero también hubo en dicho lapso cinco períodos en los cuales el poder adquisitivo perdió contra la inflación (1997-1998, 2002, 2009, 2014 y 2016).
Es decir, para esta familia hipotética que habría tomado el crédito UVA hace 23 años, la relación cuota-ingreso habría sido 25% en julio de 1994 y 22% en julio de 2016. Sin embargo, en 2002 habría sufrido un brusco salto a 36%, lo que implica que tuvo que atravesar un período en el cual a la caída de salario real registrada entonces se le sumó la merma que le provocó el aumento de la cuota.
Si bien el actual sistema de créditos UVA prevé una prolongación de hasta 25% del plazo del préstamo en casos que la inflación de precios acumulada supere a la variación acumulada del salario del deudor en al menos 10%, esto en la práctica implica un importante encarecimiento para las familias (aumenta la cantidad de UVA que se terminan pagando) y, más importante aún, una sobreexposición a la materialización de un nuevo evento de caída en el salario real una vez que ya no puede refinanciarse nuevamente.
Cabe señalar, además, que si bien el Gobierno afirma que llevará finalmente la inflación a niveles de un dígito, los créditos hipotecarios son contratos de largo plazo (20-30 años); ¿cómo asegurar que en la Argentina no tendremos en los próximos 20-30 algún evento de caída en el salario real?
En este sentido, presenté esta semana un proyecto de Ley que apunta a mitigar este riesgo. En el mismo, propongo que las cuotas de los créditos hipotecarios puedan ajustarse por salarios (CVS) en lugar de las actuales UVA. Bajo este sistema, la familia hipotética que tomó el crédito en 1994 no habría tenido el brusco salto de la relación cuota-ingreso de 2002.
Esto no debería distorsionar ni encarecer el otorgamiento de nuevos préstamos, ya que el proyecto propone que los bancos continúen cobrando las cuotas ajustadas por UVA, como hasta ahora.
¿Cómo funciona entonces? El proyecto crea un Fondo que compensa las diferencias con los bancos. En momentos en los que los salarios le ganan a la inflación se acumulan fondos, y esos fondos se utilizan para compensar los eventuales momentos en los que la inflación le gane a los salarios.
¿Esto encarece las cuotas de las familias? Esto no hay que verlo de forma puntual sino a lo largo de la vida del crédito (20-30 años): en los momentos donde la inflación le gana al salario, el sistema abarata la cuota para las familias y las protege de saltos en la relación cuota-ingreso. En cambio, si los salarios le ganan a la inflación las cuotas pueden ser un poco más elevadas, donde dicho costo adicional emula a un "seguro de descalce". De todas formas, en el proyecto se establece un tope: la cuota ajustada por CVS no puede nunca superar en más de 5% la cuota ajustada por UVA.
De hecho, ¿qué hubiese pasado con la familia hipotética que tomaba el crédito en 1994? El crédito ajustable según el sistema propuesto no sólo habría evitado los saltos en la relación cuota-ingreso, sino que habría resultado 2,2% más barato (en UVA) que el crédito original, y 9,6% más barato que habiendo optado por la opción de la refinanciación (y aún no lo habría terminado de pagar).
Es decir, el actual sistema busca dar a las familias previsibilidad de que lo que suceda con el contexto inflacionario argentino de los próximos 30 años (al cual están atados sus pasivos) no le generará cimbronazos en la capacidad de pago de sus viviendas.
Si durante unos años los salarios crecen muy por encima de la inflación, la adopción de este esquema permitiría la acumulación de un fondo anticíclico (cosa imposible en el actual marco de déficit fiscal) que podría utilizarse en eventuales períodos en los cuales la inflación le gane a los salarios, mitigando entonces los riesgos de descalce que podrían acentuar la recesión en dichos lapsos.
En definitiva, el sistema de créditos UVA reduce la relación cuota-ingreso inicial y amplía el acceso a los préstamos hipotecarios, pero conlleva con riesgos de descalce, sobre todo cuando se trata de contratos a largo plazo. El esquema propuesto elimina dichos riesgos, permitiendo una cuota baja y estable en el tiempo, y así evitar los errores del pasado. En definitiva, busca hacer al crédito hipotecario más previsible para las familias, lo que a su vez puede también potenciarlos.
(*)Diputado Nacional por el Frente Renovador |
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