Dos de los tres policías de la Ciudad acusados del crimen del adolescente Lucas González admitieron ayer ante la Justicia haber disparado sus armas contra el auto en el que la víctima iba con tres amigos por el barrio porteño de Barracas, durante las declaraciones indagatorias en las que se quebraron y lloraron en varias oportunidades. El diputado electo del FdT Leandro Santoro anunció que llevará a la Justicia federal una denuncia por asociación ilícita entre policías y funcionarios a partir de una información periodística que da cuenta que esa brigada porteña operaba fuera de la legalidad y recaudaba dinero mediante extorsión, con el hábito de detener vehículos que sospechaban eran vendedores o compradores de droga.
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Crimen de Lucas: policías porteños indagados
Fuentes judiciales informaron que los acusados dijeron haberse bajado del auto Nissan Tiida de la División Sumarios y Brigadas de la Comuna 4 al grito de “policía” y con los chalecos identificatorios puestos, y que también hicieron sonar la sirena, aunque no encendieron las luces azules del llamado “chichón” que se ponen sobre el techo del rodado porque no funcionaban. En tanto, los tres adolescentes que sobrevivieron a los tiros efectuados por los policías la mañana del miércoles último también declararon ayer como testigos ante los investigadores y reiteraron que acababan de salir de un entrenamiento de fútbol, que compraron jugo en un kiosco y que temieron ser asaltados.
Tras pasar la noche en una celda de la Superintendencia de Investigaciones de la Policía Federal, el inspector Gabriel Isassi, el oficial mayor Fabián López y el oficial José Nievas fueron trasladados a los tribunales porteños cerca de las 7 de la mañana y a partir de las 8.30 comenzaron a desfilar ante el juez Martín Del Viso.
Los tres policías fueron indagados acusados de los delitos de “homicidio doblemente agravado por haber sido cometido por miembros de las fuerzas policiales abusando de sus funciones y con alevosía de Lucas González, la tentativa de ese mismo delito contra los otros tres adolescentes, más privación ilegal de la libertad y falsedad ideológica”. La Procuraduría de Violencia Institucional avaló planteo de la defensa que indica que los tres policías de la Ciudad temen por sus vidas.
En el relato, los policías contaron que trabajaban en la Villa 21-24 en el marco de una investigación ordenada por la Fiscalía 20 de la Ciudad vinculada a la venta de estupefacientes y que tenían “como objetivo” un domicilio al cual venían controlando porque se sospechaba que era un búnker de drogas.
Según lo que relataron, en ese marco vieron el automóvil Suran azul en el que se movilizaba Lucas González con sus tres amigos adolescentes “en actitud sospechosa”, detenido en la ochava de Iriarte, y que cuando retomó la marcha “hicieron un seguimiento”.
“Negaron haber realizado una persecución y dijeron que se pusieron los chalecos, les hicieron sonar la sirena para que detengan su marcha y que bajaron al grito de ‘policía’”, explicó una fuente de la investigación, quien agregó que “el jefe de la brigada era Isassi, quien era la persona en dar las instrucciones a los otros dos”.
Ninguno aceptó responder preguntas del fiscal Leonel Gómez Barbella ni del juez Del Viso.
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