Ocho años después de que las autoridades argentinas decidieran restringir la importación de efedrina, el hallazgo de una decena de barriles que contenían 250 kilos del precursor químico que se utiliza para la fabricación de metaanfetaminas reavivó la interna dentro del Gobierno nacional. Mientras el desplazado jefe de la Aduana Juan José Gómez Centurión se atribuyó el mérito del hallazgo al afirmar que el operativo fue impulsado por una declaración que él mismo formuló ante la Justicia federal, a raíz de un anónimo recibido en su despacho, la ministra Patricia Bullrich lo contradijo, al sostener que todo se había iniciado por "rumores que personal de la Policía de Seguridad Aeroportuaria le hizo llegar al director de la fuerza, Alejandro Itzcovich". La titular de la cartera de Seguridad apuntó al Gobierno anterior por la falta de controles, pero también cuestionó a Gómez Centurión, que fue removido de su cargo a raíz de una denuncia hecha por la mismísima Bullrich. "Hay que pensar por qué esto no dio lugar a un procedimiento de las autoridades de la Aduana", dijo la ministra, quien deslizó que los directivos del organismo sabían al menos desde "hace dos meses y medio" de la existencia de los barriles.
Y agregó: "Hay que ver cómo ingresó esto y se trabó ahí, porque puede ser planteado como un modus operandi. En la Argentina es fundamental que en los lugares donde hay posible corrupción haya controles cruzados para que distintas instituciones puedan atender y haya mayores niveles de transparencia".
Los recipientes se encontraban enjaulados, retenidos por la Aduana desde antes de 2011 adentro de los galpones de la Terminal de Cargas Argentina (TCA) del Aeropuerto Internacional de Ezeiza. El acta del allanamiento, firmada por el juez Luis Rodríguez (Servini está de licencia), detalla que las jaulas están ubicadas en el depósito denominado DAP (directo a plaza).
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