Cupones bursátiles

Nicholas Biddle fue el tercero y más importante banquero central en la evolución de Wall Street. Era educado, inteligente, guapo y patriota y había nacido en 1786 en una prominente familia de Filadelfia. Sus atributos -e incluso su correcto desempeño en sus funciones- no le bastaron para eludir su destino: sería recordado por el "Pánico Biddle".

Cuando asumió el Banco Central, Biddle mantuvo normas inflexibles, como no pedir prestado él personalmente al banco y regular los préstamos comerciales, negándolos incluso a sus propios amigos. Era un banquero creativo y a la vez conservador que encaminó la entidad -venía de un largo proceso de corrupción- para volver a hacerla creíble. Para su desgracia, se cruzó con el presidente Andrew Jackson, férreo opositor de los bancos, que haría de la vida de Biddle una pesadilla. La "Guerra del Banco" se desató cuando el presidente Jackson comenzó a criticar la administración del banco, a comienzos de su primer mandato.a instancias de Henry Clay y otro partidario, subió la apuesta cuando solicitó volver a los estatutos primarios de éste; esta movida tenía por objetivo forzar a Jackson a tomar una decisión impopular en un año electoral,Jackson decidió vetar el proyecto de ley.

Comenzó con imputaciones salvajes, tildando al banco de inconstitucional y monopólico: la guerra era abierta y feroz.

Biddle pulseó con Jackson, hasta que éste retiró definitivamente los depósitos gubernamentales del banco. En septiembre de 1833, Jackson, a pesar de la oposición de su gabinete, comenzó a transferir los depósitos públicos a siete bancos con privilegios estatales, que eran amistosos con la administración y los ahorristas entraron en pánico. En un año, Biddle perdió u$s 17 millones, el banco colapsó, las tasas subieron, las empresas que dependían del crédito quebraron y el desempleo se agudizó. La corrida recibió el mote de "Pánico Biddle". En abril de 1836 los estatutos del banco caducaron, pero la institución continuó como un banco estatal por varios años.1839, Biddle renunció a su cargo, y en 1841, en medio del pánico, fue arrestado y acusado de fraude, más tarde fue absuelto. Mientras seguían las demandas civiles debió soportar el odio de la gente y murió en desgracia.

Esta crisis fue uno de los declives económicos más grandes y duraderos de los Estados Unidos. Alguien tenía que ser culpado y la publicidad negativa arrojada sobre Biddle lo hizo el candidato ideal.