La multitud que marchó ayer desde el Congreso hacia la Plaza de Mayo al mes de la muerte del fiscal Alberto Nisman copó todo el centro porteño y se sujetó a la consigna de convocatoria de los fiscales. A pesar del sesgo opositor, no se deslizó hacia otros reclamos al Gobierno que no fueran el de justicia por la muerte del fiscal. Aunque no existe acuerdo en el cálculo de la asistencia, se trató de una concentración masiva que soportó por momentos una lluvia torrencial. No hubo pancartas (sólo banderas) ni marcha unificada de la oposición. (Págs. 2 a 10.)
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