29 de agosto 2017 - 22:43

“En una comedia no hay que hacerse el gracioso”

• DIÁLOGO CON CARLOS BELLOSO, QUE EL MES PRÓXIMO PROTAGONIZARÁ "EL INSPECTOR", DE GOGOL
Con puesta de Daniel Veronese en la Sala Martín Coronado del Teatro San Martín, el clásico ruso integra su elenco con Jorge Suárez, María Figueras y Lautaro Delgado, entre otros intérpretes.

Belloso. “Al teatro lo veo robustecido. Es una de las industrias más fuertes de nuestro país, es uno de nuestros motores”.
Belloso. “Al teatro lo veo robustecido. Es una de las industrias más fuertes de nuestro país, es uno de nuestros motores”.
"Para que la comedia resulte disparatada y risueña no hay que hacerse el gracioso, porque hace agua", dice Carlos Belloso, quien desde el sábado 16 de septiembre protagonizará en la sala Martín Coronado del San Martín "El inspector", de Nikolai Gogol, con versión y dirección de Daniel Veronese. El elenco se completa con Jorge Suárez, María Figueras y Lautaro Delgado, entre otros. En tanto desde este viernes dirige en el Paseo La Plaza "Julito", sobre un cuento de Fontanarrosa. Dialogamos con Belloso.

Periodista: ¿De qué trata la obra y cómo es su personaje?

Carlos Belloso: Es una sátira sobre la corrupción de las distintas reparticiones gubernamentales del zarismo. Tiene una vigencia muy fuerte, el cuento es corto y transcurre en un pueblo, al que va a llegar un inspector general para controlar. Todos, desde el alcalde a los jefes departamentales, léase hospital, correo, juzgados, están atemorizados porque en ese pueblo hay coimas, corrupción, es decir, no es un pueblo muy saludable.

P.: Nada que no conozcamos.

C. B.: Acaso la diferencia sea que en el pueblo están aterrados porque saben que el inspector está de incógnito y quieren saber dónde. En su lugar encuentran a un funcionario pero que no es el inspector. Ahí empieza la comedia de las equivocaciones, con identidades que se entrecruzan, con apariencias de lo verdadero y dudas sobre lo falso, donde se pone en cuestión qué es natural y qué no. Y hay un cruce de esos mundos.

P.: ¿Cómo encararon la puesta de este autor ruso?

C. B.: Gogol no es Chejov, es una comedia muy llana que desde la puesta exige hacerla bien porque tiene sus códigos. Si uno entra a hacerse el gracioso porque es una comedia, hace agua. Tiene sus resortes pero cuanto más verdadera más desopilante. Hay notas sobre la ocasión en que se estrenó que a Gogol no le gustaron nada justamente por eso, se señalaba que quienes la interpretaban eran payasos y el humor no es payasesco. Dicho esto no para denostar a los payasos sino porque lo que genera carcajada es la confusión y el disparate. Coincido con Veronese en esta búsqueda para la puesta, donde hay que ver a los personajes en una búsqueda de verdad para que todo se vuelva disparatado y risueño.

P.: Qué prefiere, ¿el teatro, el cine o la TV?

C. B.: Me gusta actuar, hice publicidad, hice el Bailando, hice teatro, cine con Lucrecia Martel, comedias de Polka. No me gusta estar conforme con un género o un formato, voy variando, busco que cada género me entretenga, me gusta mi oficio como arte y como entretenimiento, me gusta todo el espectro de mi oficio, pienso mucho en mi oficio y escribo para reflexionar sobre mi oficio. Cuando encontré que la actuación era mi vocación, incurrí en personajes y soportes de toda clase.

P.: De hecho, participó en la película Unidad XV donde encarnó a Cámpora...

C. B.: Sí, la película de Martín Desalvo,lo que significó una oportunidad más para estudiar un hecho histórico: la fuga del penal de Río Gallegos de varios peronistas que estaban presos. Transcurre después de la Revolución Libertadora, en tiempos en que Héctor Cámpora, John William Cooke, Jorge Antonio y Guillermo Patricio Kelly compartían el mismo pabellón, con todo el espectro peronista de la izquierda a la derecha, hablando no solamente de su vida sino tratando de sobrevivir a una contingencia y cómo será resistir a partir de ahí. La película es muy anecdótica y muestra cómo después todos los protagonsitas sobrevivieron. También es una alegoría del peronismo y de lo que fue la Libertadora. Es curiosa la vigencia hasta hoy, cuando conviven tantos peronismos.

P.: ¿Cómo ve la escena teatral actual, el off, el oficial y el comercial?

C. B.: Vengo de hacer un éxito de cuatro años como es "Le prenom", que fue conocer el teatro comercial. Al teatro lo veo robustecido, de hecho tuve tiempo para ver obras de teatro que me conmovieron, siento que el teatro está mejor que nunca. Tengo mi productora de teatro, Pantagruel, que intenta fomentar y producir teatro de todo tipo. Es una de las industrias más fuertes de nuestro país, es uno de nuestros motores, más allá de si es off o comercial, todo es para respetar y mejor si es dentro de la tradición del teatro argentino.

P.: El viernes estrena "Julito", sobre el cuento de Fontanarrosa.

C. B.: Sí, dirijo esa obra en espacio Colette, del Paseo La Plaza. Cuenta los vaivenes de dos padres con un hijo y plantea el cruce entre lo que es y el deber ser. Es un cuento muy antropológico, a la medida de Fontanarrosa, quien sacaba una radiografía profunda del ser argentino. Y Julito es este chico saliendo de la adolescencia que no sabe qué hacer y se enfrenta a padres rectores.

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