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Está bien filmada, pero no se entiende lo que pasa
Hace años Cronenberg hizo una buena guerra de mutantes psíquicos en la obra maestra «Scanners», y este film podría verse como una versión de lo mismo, con gente del gobierno persiguiendo a estos videntes por todo el mundo para convertirlos en armas peligrosísimas, obviamente contra su voluntad.
Cuando en una película los propios personajes no comprenden los motivos de sus acciones, hay un gran peligro de que el espectador entienda aún menos. Esto es exactamente lo que pasa en «Push», que luego de un comienzo bastante convencional empieza a dar vueltas alrededor de futuros que se vislumbran pero pueden ser alterados permanentemente, mentes borradas, novios que se aman toda la vida pero de golpe creen que sólo fueron un recuerdo implantado, y toda una larga serie de lugares comunes del cine fantástico, arrojado todo en un guión insostenible.
Si argumentalmente la película es una gran mezcolanza, al menos visualmente tiene sus atractivos, empezando por la ambientación en Hong Kong (absurda pero al menos gratificante en colorido). Luego, con tanto súper poder, es lógico que hayan podido armar dos o tres buenas secuencias de acción paranormal, lo que si bien sólo redime parcialmente la película, da para recomendarla cuando la exhiban en cable. Esto vale salvo para los fans a muerte de Dakota Fanning, ya que la actriz adolescente está en muchas más escenas de lo necesario, siempre munida de un cuaderno donde dibuja sus visiones de un futuro, por lo general, negro.
D.C.
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