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Feedlot: ¿producción o ruleta rusa?
El negocio necesita que las exportaciones despeguen pero hoy no es una tarea sencilla y hay mucho que corregir. En el mientras tanto los empresarios del sector evalúan alternativas para no perder rentabilidad.
La previsible reacción alcista del mercado de gordo durante marzo calmó un poco los ánimos, al pasar los precios de $24 por kilo en enero, a más de $30 en los últimos días. Esto, más la incrementada oferta de hacienda por las lluvias de abril (para aliviar los campos), hicieron pegar un interesante salto en el índice de reposición de los animales en encierro, que supera ahora el 1,4, uno de los niveles más altos de los últimos meses, es decir, que por cada cabeza que sale del feedlot, ingresan 1,4 nuevas.
Sin embargo, el optimismo puede durar relativamente poco. Es que, a partir de septiembre-octubre, cuando estos animales comiencen a estar terminados, los precios se pueden deprimir rápidamente si no se pueden colocar los volúmenes extra de carne, pero para eso, sería imprescindible exportar y es lo que, justamente, está muy acotado por varias causas.
El atraso evidente en el tipo de cambio, que el gobierno prometió "corregir" vía reintegros (lo hizo a principios de año) no se cumple todavía, como tampoco se solucionan los créditos fiscales técnicos -estructurales- que surgen de pagar 21% de IVA en los insumos, y cobrar 10,5% por hacienda.
Por otra parte, faltan cantidad de aspectos "técnicos" a completar para acceder a ciertos mercados. Por caso, el protocolo para exportar cortes congelados a China (una plaza más que atractiva), o el mercado de Estados Unidos, cuya cuota de 26.000 toneladas se perdió en 2001 (aftosa), y hasta ahora no se recuperó.
Con más sentido común que algunos funcionarios, los empresarios de la carne ven la posibilidad de acceder a otros mercados chicos, pero de "nichos" de alto poder adquisitivo (ideales cuando no hay volumen) como Emiratos, Vietnam o Singapur, más "flexibles" que, por ejemplo, Japón que va a llevar varios años más de negociaciones y pruebas.
Por supuesto que los "feedloteros" ven la salida al mercado externo por esta vía y no por la hacienda producida "a pasto", que tarda dos años más en estar lista, por lo que no se puede esperar una respuesta de corto plazo.
Esto, es lo que determina que por décimo año consecutivo, tampoco esta vez se va a cumplir con las 31.000 toneladas de Cuota Hilton de u$s14.500 la tonelada. Se calcula que van a volver a quedar 8-10.000 toneladas incumplidas.
Por supuesto que los empresarios no se quedan de brazos cruzados, y ensayan otras alternativas, aunque solo la implementación de un mercado de futuros de carne (como se está estudiando en la Bolsa de Rosario), o las correcciones de la política fiscal, son las únicas chances para dar previsibilidad a corto plazo, a un negocio que parece más una ruleta rusa.
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