«Habrá un ímpetu exportador más claro y evidente a partir de julio», opinó Jorge Ingaramo, asesor de ASAGIR.
Entre malas noticias para los cereales, los cultivos oleaginosos alientan el optimismo. La soja, se sabe, sigue siendo la alternativa más rentable en agricultura, en tanto que el girasol también tomaría impulso y ofrecería buenas oportunidades para la exportación. «Mientras que el aceite de girasol esté en u$s 950 o u$s 1.000 en Rotterdam, creo que la exportación va a estar muy activa comprando a los productores y la pizarra va a ser menos relevante que cuando hay abundancia», opinó Jorge Ingaramo, economista asesor de la Asociación Argentina de Girasol (ASAGIR), que aclaró que «ahora no hay mucho girasol», ya que ésta fue una cosecha muy mala, «y eso va a tener impacto muy claro en la demanda». «Diría que nosotros vamos a tener un ímpetu exportador más claro y evidente a partir de julio», calculó.
El contenido al que quiere acceder es exclusivo para suscriptores.
Por su parte, respecto de la situación de la agricultura local, Ingaramo señaló que bajo las actuales condiciones del mercado «nadie está alquilando campos» y «muchos fondos de inversión y pools están complicados financieramente», por lo cual maíz y soja «quedaron como una decisión que se va a tomar más adelante».
Según la opinión del asesor de ASAGIR, «vendiendo la soja, por más que sean 30 millones de toneladas, a u$s 250/270 promedio, hay plata para financiar una campaña, lo que pasa es que primero hay que pagar lo que se debe de la campaña pasada». «Si vamos a sojizar, no es tan caro; pero si vamos a hacer una rotación con maíz, sí», indicó.
«Lo mismo que hacer una buena cosecha de trigo o girasol como corresponde, eso requiere más plata que la soja, que en el caso del Centro-Norte se puede esperar hasta diciembre para sembrarla», concluyó.
Dejá tu comentario