14 de septiembre 2018 - 00:00

Glenn Close da otra cátedra de actuación

El film relata la historia de una mujer sumisa y un marido soberbio, que acaba de ganar el premio Nobel.

La esposa. Glenn Close y Jonathan Pryce, la mujer retraída y el ganador de un sospechoso Nobel de Literatura.
La esposa. Glenn Close y Jonathan Pryce, la mujer retraída y el ganador de un sospechoso Nobel de Literatura.
A veces, Glenn Close no necesita hablar. Ella lo dice todo con su sola mirada. Es un modelo de actuación, esa mirada. Lo que resulta ideal para el personaje que aquí interpreta, una mujer retraída, siempre a la sombra de su esposo, al que vemos exultante, pagado de sí mismo, y al que, encima, acaba de avisarle que se ganó el Nobel de Literatura, nada menos. ¿Pero realmente se lo merece?

La historia tiene su intriga, y un suspenso atendible, no tanto a la espera de una verdad rápidamente sospechada sino del momento en que esa verdad salga a la luz. ¿En qué preciso momento ha de salir, si es que sale? El juego actoral entre Glenn Close y Jonathan Pryce es regocijante (en especial para las espectadoras), permite obviar algunos defectos del guión, y lleva a reflexionar sobre el equilibrio interno de algunas parejas tóxicas con años de convivencia.

Dirección, el sueco Bjorn Runge. Libreto, Jane Anderson, sobre novela de la neoyorquina Meg Wolitzer, de quien se recomienda otra obra suya mejor, "Los interesantes" (¿por qué, de tantos chicos con talento, muchos fracasan o abandonan y unos pocos tienen éxito aunque no sean los mejores del grupo?). También recomendable, la película francesa "Sr. y Sra. Adelman", de Nicolas Bedos, vista aquí el año pasado, que plantea prácticamente lo mismo que "La esposa", pero le falta Glenn Close, cuya hija Annie Starke, dicho sea paso, representa el papel de la esposa joven, en unos breves pero significativos flashbacks.





"La esposa" (The Wife, GB.-EE.UU.-Suecia, 2017). Dir.: B. Runge. Int.: G. Close, J. Pryce, C. Slater.

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