22 de septiembre 2010 - 00:00

Gobierno confía en que controlará a Moyano y que no volverán bloqueos

Pablo Moyano, Carlos Tomada, José Ignacio de Mendiguren
Pablo Moyano, Carlos Tomada, José Ignacio de Mendiguren
El Gobierno confía en que los Moyano abandonaron, al menos por el momento, la idea de volver a bloquear las plantas de Siderar y eventualmente llevar el conflicto a todo el país.

Hoy a las 11, Pablo Moyano (en representación de su padre Hugo y como principal referente del sindicato de camioneros) y los delegados del Grupo Techint se sentarán en la mesa que conducirá Carlos Tomada con la intención de lograr que la pelea, que no terminará esta jornada, no vuelva a desmadrarse y se mantenga dentro de las discusiones del Ministerio de Trabajo. Si para la tarde el Ejecutivo lo logra, estará satisfecho. Luego, se prepararán largas jornadas de negociaciones para buscar un acuerdo general.

A esta altura, el principal problema para terminar con el conflicto entre Siderar y los Moyano radica en si la compañía acepta reconocerse «solidaria» ante la situación de los aproximadamente 4.000 choferes que trabajan para las empresas tercerizadas para transportar el acero hacia los clientes de la siderúrgica. Según Moyano, con el apoyo del Gobierno, el artículo 30 de la Ley de Contratos de Trabajo haría que Siderar sea «solidariamente responsable» por el cumplimiento de las condiciones de trabajo de los choferes que operan para unas 80 transportistas. Si esto es así, tendría que hacerse cargo de la deuda previsional que se mantiene con los choferes por poco más de $ 3,6 millones, además de tener que controlar hacia delante el cumplimiento de los pagos mensuales de los aportes sociales de los operarios. En esta deuda y en la liquidación mensual del pasivo previsional, son acreedores tanto el Gobierno como los Moyano, ya que ese dinero debe llegar a las cuentas de la ANSES y a las arcas de la obra social de Camioneros.

«Solidaridad»

Para Siderar la interpretación es diferente. El Grupo Techint reconoce la letra redactada de la ley, pero considera que el concepto de «solidaridad» no rige para este caso. Según esta visión, sólo sería «solidaria» una empresa cuando terceriza una tarea que representa «el corazón» de la actividad y no un servicio complementario. En el caso de Siderar, habría solidaridad si el grupo tercerizara la producción misma de acero. Como lo que se contrata es el transporte de los laminados y los tubos, la tarea no representaría el núcleo clave de la actividad productiva de la empresa. Desde esta óptica, las transportistas serían las responsables de cumplir las obligaciones con sus operarios, y es tarea del Estado el control de los pagos previsionales.

Según la visión del Gobierno, los Moyano ya cedieron en no reclamar más que el grupo Techint tome como propios a los choferes como empleados en relación de dependencia.

Más allá del acuerdo de anoche para seguir negociando hoy desde las 11, volvieron ayer las amenazas moyanistas de retomar los bloqueos a las plantas de Siderar. «No llegamos a ningún acuerdo y pasamos la negociación para mañana, que habrá una nueva reunión. Nosotros queremos que nos paguen un retroactivo y el blanqueo de los trabajadores, tal como plantea la Ley de Contrato de Trabajo». Según el hijo del titular de la CGT, «se agotó toda instancia de diálogo. Esperamos que esta vez nos vengan con una propuesta correcta». Mientras espera las negociaciones en el Ministerio de Trabajo, Hugo Moyano convocó para el viernes a un plenario de delegados de todas las ramas del transporte de cargas en Mar del Plata, donde podría discutirse la posibilidad de un paro nacional si Siderar no se hace cargo del reclamo que realiza el gremio. Incluso, en los planes moyanistas no se descarta la posibilidad de que se sumen otro sindicatos, como los taxistas, ferroviarios, marítimos y colectiveros.

Postergación

Desde la empresa advierten que «esta situación de falta de legalidad, de atropello y de extorsión afecta el clima de negocios, ha postergado alguna inversión y estamos perdiendo posibilidades de empleo». Así lo había expresado la semana pasada el director general de Ternium-Siderar, Martín Berardi, quien advirtió que «no se pueden permitir este tipo de atropellos, porque espantan la inversión, que es lo que el país necesita».

Techint cuenta en el conflicto con el apoyo de la Unión Industrial Argentina (UIA). El fin de semana, el vicepresidente de la entidad, José Ignacio de Mendiguren, definió el conflicto como un «leading case» ya que de resolverse el diferendo a favor de Moyano, luego se traspolará la situación «a todas las industrias».

Según el ex ministro de la Producción, una empresa sería responsable «sólo cuando se afecta el corazón del negocio», y en el caso Techint «el negocio de Siderar es producir acero, no transportarlo».

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