Habrá estímulos para generar energías renovables, pero a costa de más subsidios
El Gobierno relanzó este mes el programa para generar energías renovables, reglamentando la ley que otorga incentivos fiscales y de precio, y anunciando una licitación de Enarsa para comprar electricidad de ese origen bajo contratos por 15 años de plazo. El momento no es el más propicio: en el mundo se estima que declinará el 40% este año la inversión en energías alternativas debido al derrumbe del precio del petróleo y a la falta de financiamiento. Sin embargo, en perspectiva menos cortoplacista, la Argentina necesita un plan para diversificar la matriz energética, disminuyendo la dependencia con respecto al gas natural y a los combustibles líquidos, y también es económicamente conveniente utilizar otras fuentes de generación, como el viento, para preservar el medio ambiente. Igualmente, los anuncios suscitan dudas. Porque los nuevos emprendimientos pueden terminar requiriendo mayor gasto del Estado en subsidios. También porque el precio de la energía todavía está disociado de los costos a pesar de los últimos y significativos ajustes autorizados. Y ese desfase exigiría una remuneración adicional sobre el valor del mercado de una magnitud que hoy no se puede precisar con exactitud, para la energía originada en fuentes renovables. El centro del problema está aquí, como en todos los otros sectores energéticos, en precisar costos y rentabilidad razonables para que las empresas privadas se decidan a invertir. Pero esto también se complica porque los empresarios suelen sumar una prima por el riesgo de poner dinero en el país y por las dificultades para determinar precios hacia el futuro.
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