14 de junio 2018 - 00:00

Italia y Francia se enfrentan por la gestión migratoria

Macron repudió en duros términos la negativa de recibir un buque con 629 indocumentados. Roma exige disculpas.

París y Roma - La crisis entre Francia e Italia provocada por los inmigrantes del buque Aquarius se agravó ayer, debido a que Roma exige las disculpas del presidente Emmanuel Macron por sus declaraciones consideradas "inadmisibles", al punto de amenazar la concreción de un encuentro entre los dirigentes de ambos países el viernes.

"Dar razón a quien busca la provocación, a quien ve una nave acercarse a las costas y la expulsa, ¿sería una forma de ayudar a los verdaderos democráticos?", planteó ayer Macron tras el rechazo italiano para que una nave con 629 inmigrantes a bordo pueda hacer tierra en sus puertos. "No hay que ceder a las emociones, que algunos manipulan", agregó el mandatario citado por el diario La Repubblica.

Sus declaraciones fueron interpretadas como una respuesta al discurso que horas antes había hecho el ministro del Interior y vice premier italiano, Matteo Salvini, en el que le reclamó disculpas a Macron por haber calificado de "cínica" la política migratoria del nuevo gobierno. "No tenemos nada que aprender de ninguno en términos de solidaridad. Nuestra historia no merece ser calificada así por parte de exponentes del gobierno francés, de quien espero disculpas", planteó Salvini.

Si bien Macron reconoció "trabajar mano a mano con Italia" en la gestión migratoria, lanzó una advertencia lejana al pedido de disculpas querido por Salvini: "No nos olvidamos de quien nos interpela, los conocemos bien", en referencias al líder de la Liga, partido de extrema derecha.

La escalada diplomática se da además mientras figura en agenda para mañana un encuentro en París entre el premier italiano, Giuseppe Conte y Macron, que según fuentes de gobierno anónimas citadas por los medios italianos podría suspenderse si no hay un pedido oficial de disculpas de parte del gobierno francés.

La demanda de Salvini se dio al mismo tiempo que la cancillería italiana convocaba al embajador francés en Roma.

Italia acusa regularmente a sus socios europeos, empezando por Francia, de dejar al país gestionar sólo la crisis migratoria y los 700.000 indocumentados que desembarcaron en sus costas desde 2013. Por su parte la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) estimó que Italia "tiene razón" al decir que no puede recibir a todos los recién llegados a través del Mediterráneo, y reprochó al resto de Europa por no asumir su cuota del flujo.

A pesar de la firmeza de Salvini con el "Aquarius", las llegadas a Italia no se detienen. Ayer un buque italiano con más de 900 migrantes llegó al puerto de Catania, en Sicilia.

Agencias AFP y DPA

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