6 de mayo 2009 - 00:00

Kirchner estrenó táctica “foquista” en zona amiga

Postal kirchnerista de campaña, ayer en Florencio Varela.
Postal kirchnerista de campaña, ayer en Florencio Varela.
Siempre se vuelve al origen. Néstor Kirchner retomó, aggiornada y como recurso desesperado, la teoría foquista que difundió Ernesto Che Guevara y luego abrazó Montoneros, experiencia setentista a la que alguna vez, de manera periférica, adhirió el ex presidente.

Sin pretensiones revolucionarias ni descolonizadoras -matriz del foquismo que alumbró Frantz Fanon-, Kirchner manoteó esa táctica como plan de campaña: mostrarse rodeado de halagadores, de pie por calles de tierra y con bebés en brazos, para contagiar pasiones esquivas.

Esa especie de «foquismo» del conurbano fue estrenado ayer por Kirchner con una visita, que se supuso sorpresiva, al barrio Don Orione, en Florencio Varela. No fue al voleo: eligió zona amiga, de ADN peronista, oportunamente supervisada por el cacique local, Julio Pereyra.

Postales

El patagónico celebró la ocurrencia. Recorrió la barriada, repartió besos, posó para celulares y alzó, como postal inevitable de campaña, niños y bebés. Volvió, se dijo en Casa Rosada, a su fuego original: el entrevero con la multitud, un sello K.

Las vanguardias de los 60 y 70 suponían que un foco prendería la chispa que desataría, de modo irreversible, la revolución. Kirchner es más modesto: pretende que las imágenes de TV, donde lo elogian y aplauden, desatarán un efecto dominó de veneración popular.

En la caminata visitó sociedades de fomento, una escuela, un jardín de infantes y entró en dos casas. «Me gusta caminar y conversar con la gente», dijo, entre tironeos. Se permitió, además, juguetear.

-Néstor, éste es el último peronista nacido -le dijo una madre y le alcanzó un bebé.

-Bueno, entonces me lo llevo -se rió el ex presidente.

¿Se animará a rodar por el centro de San Isidro? ¿O en Adrogué, en Olavarría o en Trenque Lauquen? Por ahora la segunda escala, en los próximos días, será en las afueras de Berazategui, otro territorio amable: Juan José Mussi promete cero hostilidad.

Cercanías

Con la caminata varelense, Kirchner estrenó el método de cercanías que abandonó al dejar la presidencia, en diciembre de 2007 para, al menos en eso, no eclipsar a su esposa, Cristina de Kirchner. Con la campaña lanzada, regresó a aquel antiguo amor.

Ayer, en su paseo por Don Orione, Kirchner volvió a jugar al misterio: dijo que falta mucho para resolver si será o no candidato. Apenas una humorada: el sábado, antes de la medianoche, con DNI en Villate 1000, se inscribirá como primer diputado.

Acompañantes

En el recorrido se rodeó de dos potenciales compañeros de lista: Florencio Randazzo, ministro del Interior, y Carlos Kunkel, protokirchnerista al que el 10 de diciembre se le vence el mandato como diputado nacional. Rankea para ser reelecto.

Esa boleta se despeja poco a poco. Ayer perdió terreno una figura: Cristina Álvarez Rodríguez, que parecía puesta en el sexto casillero, empezó a perder impulso. «¿Para qué si es ministra?», se dijo en la Casa Rosada, donde se confirmó a Héctor Recalde y a Kunkel.

La intriga sobrevuela a Sergio Massa. Kirchner lo quiere anotar en cuarto lugar, detrás de Nacha Guevara, pero el jefe de Gabinete se resiste y propone, como contrapartida, encabezar la lista de senadores de la Primera Sección. Pero los alcaldes le echan Flit.

Pereyra, el anfitrión, también estará en las boletas: encabezará la tira de concejales de Varela. Será uno de los testimoniales que computa, como seguros, Daniel Scioli, proactivo para sumar testimoniales. En La Plata habla de cerca de cuarenta.

El gobernador, sin embargo, no fue convocado ayer a la ronda barrial por Florencio Varela. Kirchner se rodeó, además de Randazzo, de los locales Kunkel, Pereyra y Graciela Giannettasio, y subió a la comitiva a su hermana, la ministra Alicia Kirchner.

Esta tarde, en tanto, pisará Quilmes con un acto típico, motando ad hoc, por el intendente Francisco «Barba» Gutiérrez. El viernes, Cristina de Kirchner volverá a La Plata, adonde la espera Pablo Bruera, que despejó cualquier duda sobre su alineamiento K.

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