Como había adelantado Ámbito Financiero, no había margen para que alguno de los integrantes de la Sala I mutara de posición con respecto a la decisión que ya habían adoptado, con lo que desairó la pretensión de la DAIA, principal impulsora de la reapertura de la denuncia de Nisman con el cambio de Gobierno. Tras esta decisión, se espera que el fiscal de Cámara Germán Moldes (criticado en el fallo) apele a Casación Penal, en un camino idéntico al que siguió el expediente originalmente. Allí la fiscalía ante Casación podrá nuevamente rechazar sostener la apelación, como ya ocurrió con Javier de Luca. Lo novedoso será que la DAIA, en su rol de querellante, podrá acceder al tribunal de Casación por una vía independiente y conseguir que una sala de esa instancia revise la denuncia, más allá de la ausencia del impulso fiscal. Será la siguiente estación para el fallido recorrido de la presentación.
Como camino alternativo, la DAIA apuesta a que la denuncia de Nisman pueda reabrirse a través de una causa "llave" que instruye el juez Claudio Bonadio, quien investiga por "traición a la patria" a la expresidente, al excanciller Timerman y a los legisladores que votaron el memorando con Irán. Sin embargo, tanto Ballestero como Freiler cuestionaron en un escrito de 30 páginas que se postule como nueva prueba una escucha cuyo origen se desconoce. Ballestero remarcó que la Sala I indicó que sólo podría ser admitida como prueba si se dilucida su origen, algo que es aún desconocido. Freiler fue más duro y consideró que esto tenía la intención de sustraer la causa de su juez natural, algo vedado en el derecho.
"Los esfuerzos del fiscal no se dirigieron a examinar la resolución apelada, las alegadas nuevas pruebas, los recursos deducidos; ni siquiera se enfocaron en encumbrar la denuncia del Dr. Nisman", dijo Ballestero, que recordó que el fallecido fiscal nunca se pronunció, en vida, sobre que el pacto con Irán podía ser delictivo. Y señaló que "da la impresión que escritos que fueron confeccionados para ser presentados en la anterior instancia recursiva hubieran sido recuperados, editados, ornados con el empleo de términos improcedentes, para ser acompañados en esta nueva ocasión; sólo así se comprende que ellos aludan a situaciones, contiendas y discusiones ya zanjadas hace más de un año", concluyó su crítica a Moldes. Tras sostener que "sería imperioso establecer si el Estado puede resultar beneficiado con el empleo de un elemento probatorio" como la grabación "cuya validez fue puesta en tela de juicio", Ballestero aseguró que "no existe aspecto que pueda ser rescatado para admitir siquiera un viso de ilegalidad en las expresiones de Timerman".
Freiler, por su parte, coincidió en el improcedente planteo de Moldes y afirmó que no había "elementos novedosos idóneos para alterar el temperamento desestimatorio oportunamente adoptado". Lo que no puede admitirse es la reiteración sine die de intentos de reabrir una causa -que, como ocurre aquí, ha sido archivada luego de un minucioso y concienzudo análisis de los hechos denunciados-, sin incorporar a la pretensión ningún elemento de juicio nuevo que pueda resultar razonablemente idóneo para producir un cambio en la situación planteada", sostuvo Freiler.
Gabriel Morini |
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